Los suburbios de Suecia se sublevan de nuevo: Husby, Kista, Tensta, Rinkeby Fittja, Vårby, Norsborg Jakobsbergsgatan, Flemingsberg, Skärholmen. Coches incendiados, comisarías con las ventanas rotas y grupos de jóvenes lanzando piedras a la policía. Es un síntoma del estancamiento del sistema capitalista, pero también la antesala de próximos acontecimientos revolucionarios. Una rabia contenida durante mucho tiempo encuentra una salida desesperada cuando el capitalismo ya no puede ofrecer a los jóvenes la esperanza de un futuro.