La decisión de ETA de disolverse, tras 60 años de existencia, es uno de los acontecimientos más relevantes habidos en el Estado español en las últimas décadas. Los marxistas saludamos este paso y nos alegramos de esta decisión, sentimiento compartido sin duda por millones de personas comunes en el Estado español. En cambio, por razones evidentes, la derecha, las asociaciones de víctimas del terrorismo vinculadas a ésta, el aparato del Estado, así como los periodistas y contertulios del régimen, no disimulan su decepción con la noticia.