Finalmente, después de meses de duras negociaciones, los negociadores del Reino Unido y de la UE han llegado a una propuesta de acuerdo. Sin embargo, todo está cosido con alambres. Todo el infierno está a punto de desatarse. Desde el punto de vista de las grandes empresas, el proyecto de acuerdo no es tan malo, al mantener vinculada la economía británica con Europa. Pero para los partidarios del Brexit del campo Conservador, en particular, se trata de un acuerdo tóxico.