Analisis

Momentos de elevada tensión política y social se viven actualmente en Venezuela. El 28 de julio se realizaron las elecciones presidenciales, con una alta presencia de votantes en los 15.797 centros de votación dispuestos en todo el país. Pero lo que se pretendía vender al mundo como una jornada cívica y participativa, terminó manchada de irregularidades, arbitrariedades y abuso gubernamental.

El valiente movimiento de los estudiantes de Bangladesh continúa a pesar de la represión asesina del régimen de Sheikh Hasina. Cientos han sido asesinados y miles detenidos. El toque de queda continúa (aunque de forma más suave) y, aunque se están restableciendo las comunicaciones, los servicios de mensajería y las plataformas de redes sociales siguen bloqueados. El gobierno detuvo a seis de los coordinadores del movimiento y los obligó, bajo coacción, a hacer una declaración de prensa en la que decían que se habían suspendido todas las acciones de protesta. Sin embargo, incluso en estas condiciones, el lunes 29 de julio se produjeron protestas estudiantiles en todo el país, incluidas

...

La situación en Venezuela se desarrolla muy rápidamente después de la jornada electoral de ayer. Esta mañana amaneció con cacerolazos bien duros contra la decisión de declarar a Nicolás Maduro vencedor de las elecciones presidenciales. Los cacerolazos en Caracas eran en barrios populares, en Petare, en Catia, el 23 de Enero. Después empezaron a bajar los barrios, la Dolorita, el Guarataro, Antímano, los barrios al este de Caracas. 

El pueblo palestino fue expulsado de su patria a la fuerza por las milicias armadas sionistas en 1948, en un acontecimiento que permanece en su memoria histórica colectiva como la Nakba, la Catástrofe. El proyecto sionista siempre había previsto tal desarrollo, y todos los auténticos comunistas revolucionarios se habían opuesto sistemáticamente a la ideología sionista. ¿Por qué entonces Stalin abandonó la posición de un Estado para ambos pueblos, palestino y judío, y se declaró partidario de la partición en 1947, y de la posterior creación de un Estado judío separado?

El Partido Comunista Revolucionario de Pakistán extiende su total solidaridad al movimiento estudiantil de Bangladesh y su apoyo a todas sus reivindicaciones. Condenamos la brutalidad y la represión del gobierno de Sheikh Hasina, que ha matado al menos a 200 personas y herido a miles más. Se han impuesto toques de queda. Se han dado órdenes de disparar a discreción mientras el ejército está desplegado en las calles de Daca.

La Internacional Comunista Revolucionaria saluda la valentía inspiradora de los estudiantes de Bangladesh. Su movimiento, que comenzó en protesta contra un podrido sistema de cuotas, se ha intensificado para exigir la caída del régimen asesino de Hasina. Nuestros camaradas, en más de 40 países de todo el mundo, nos solidarizamos plenamente con vosotros. 

En los últimos meses se ha intensificado el conflicto en curso en el este del Congo, que ha desatado una ola de muerte y destrucción, obligando a más de 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares desde enero. 

En otro giro dramático en la tragicomedia de la política estadounidense, Joe Biden ha puesto fin a su campaña de reelección. A 108 días de las elecciones, es lo más tarde que un presidente de un solo mandato toma una decisión semejante. La analogía histórica más cercana fue en 1968, cuando Lyndon Johnson declinó presentarse a un segundo mandato presionado por las protestas contra la guerra de Vietnam. La estancia de Joe el Genocida en la Casa Blanca ha estado marcada por la inflación y la guerra, y terminará su mandato con un índice de desfavorabilidad de alrededor del 56%.

En los últimos cuatro días, Bangladesh ha cambiado por completo. Desde el jueves, el gobierno de Sheikh Hasina ha tendido un velo de oscuridad sobre todo el país. Al amparo de un apagón de las telecomunicaciones, ha cometido la peor masacre que Bangladesh ha visto desde la década de 1980, si no desde la guerra de independencia de 1971. Con ella, ha expirado la última gota de legitimidad de la Liga Awami (AL) y del gobierno de Sheikh Hasina.

A poco más de una semana de que se celebren las elecciones presidenciales en Venezuela, se respira un ambiente de tensa y relativa calma. Se trata de elecciones nada normales sobre las que descansan múltiples dudas y riesgos. El complejo panorama de cara al 28 de julio presenta numerosos escenarios, circunscritos a solo dos posibles salidas: reelección fraudulenta o cambio de gobierno. Al día de hoy no hay ninguna certeza sobre cuál puede ser el desenlace. La incertidumbre no hace más que aumentar con el paso de las horas. Como veremos más adelante, tal ambiente de calma es aquel que aguarda la venida de una fuerte tempestad.

La ira masiva ha estallado en todo Bangladesh, después de que el gobierno de la Liga Awami de Sheikh Hasina movilizara fuerzas policiales y paramilitares para asesinar a estudiantes que protestaban. En la matanza, llevada a cabo bajo un apagón de Internet, murieron 39 personas. Lo que comenzó como un movimiento de protesta estudiantil después de que el gobierno reintrodujera un odiado sistema de cuotas para los codiciados empleos del sector público que favorecería a los partidarios del gobierno de la Liga Awami, se ha convertido ahora en una amarga lucha contra un régimen asesino.

El intento de asesinato de Donald Trump ha acelerado la polarizacion de la sociedad estadounidense, ya que el candidato a la presidencia republicano esquivó la muerte por el más estrecho de los márgenes. Pero no fue sólo Trump quien esquivó una bala. El país entero se acercó al borde del precipicio antes de dar medio paso atrás. Como decía el título de un artículo del Financial Times: "Estados Unidos se asoma al abismo".

El asalto de los jóvenes revolucionarios al Parlamento keniano la semana pasada sorprendió al mundo y dejó a los políticos y a la clase dirigente en estado de pánico y confusión. La fuerza bruta no pudo desalojar a las masas de las calles. El régimen se ha visto obligado a recurrir a nuevos métodos: una astuta combinación de engaños, maniobras y provocaciones.