En Caracas se está librando una batalla política de primer orden, de cara al futuro inmediato del movimiento revolucionario, no sólo de la ciudad capital, sino de todo el país. Esta batalla se está expresando de forma concreta en la campaña por la alcaldía de Caracas, en la que se están enfrentando dos candidatos principales.
Por un lado Erika Farías, quien representa los intereses de la burocracia reformista que dirige el Psuv, la cual hoy más que nunca, sostiene una política abierta de conciliación de clases con la burguesía, combinada con una política de ataques a la vanguardia revolucionaria, y de censura y persecución a los sectores críticos del chavismo. Por el otro, está el camarada Eduardo Samán, en torno a quien se están agrupando los sectores más críticos, avanzados y combativos del movimiento popular y obrero de Caracas, pero, cuya candidatura también ha sido recibida con entusiasmo por diversos movimientos y organizaciones de vanguardia revolucionaria en el interior del país. En tal sentido, su candidatura representa la línea del chavismo “duro”, es decir, de los sectores más radicales y clasistas del movimiento bolivariano.
Ante tan crucial batalla, la Corriente Marxista del Psuv - Lucha de Clases, sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional, declara su apoyo rotundo al camarada Eduardo Samán de cara a las elecciones municipales a realizarse el próximo domingo 10 de diciembre.
¿Quién es Eduardo Samán y por qué le apoyamos?
La gestión de Eduardo Samán al frente del Ministerio de Comercio y del Indepabis, formó parte de un punto de inflexión en la Revolución Bolivariana. Entre los años 2008 al 2011, después de la rotunda derrota de la contrarrevolución en las elecciones presidenciales de 2006, el centro de la lucha entre la revolución y la contrarrevolución se libró en el seno mismo del campo revolucionario, expresándose en la batalla entre los sectores más avanzados y radicales del chavismo por un lado, y el sector reformista por el otro, que agrupaba a capas importantes de la dirigencia bolivariana.
Eduardo Samán, que integraba el sector más radical y avanzado del gobierno, jugó un papel clave en la avanzada anticapitalista que éste llevó adelante en aquel entonces, tomando un conjunto de medidas importantes contra el capital, lo que constituyó un avance importante de la revolución en líneas socialistas.
Como explicamos en nuestra declaración anterior, entre dichas medidas estuvo la fiscalización de un gran número de empresas, destacándose los silos de arroz de las empresas Polar y aquel famoso decomiso de una serie de vehículos acaparados por una empresa propiedad del burgués Guillermo Zuloaga, aquel amo del valle que alegó que especulaba pero daba empleo, así como la nacionalización de una serie de empresas del sector de producción y distribución de alimentos.
La cadena de supermercados CADA y la cadena de hipermercados Éxito, de capital francés, la empresa de café Fama de América y la enlatadora de sardinas La Gaviota, son quizás las más emblemáticas de tales empresas. En todas ellas, el camarada Samán trabajó hombro a hombro con los trabajadores para la ocupación y puesta en marcha de la producción, impulsando además el control obrero sobre el proceso de producción y sobre el proceso de trabajo en general.
Estas acciones, de asestar golpes importantes a un sector de la burguesía industrial y comercial, llegando incluso a afectar los intereses de las trasnacionales del sector farmacéutico, debido a la propuesta de Ley de Propiedad Intelectual que el compañero presentó a la AN, y en la cual se trastocaban los derechos tradicionales de las patentes de medicamentos, tuvo como respuesta la presión de ésta sobre el sector más conciliador del gobierno del presidente Chávez, exigiendo su destitución, lo que al final, gracias a la colaboración de toda una capa de burócratas reformistas inútiles a la revolución, y útiles a los intereses de la burguesía y del imperialismo, se concretó.
A diferencia de la gran mayoría de burócratas y “chivos” del aparato de gobierno, que han salido de sus cargos por ineptos e ineficientes y hasta corruptos, y que no obstante, terminan siempre siendo premiados con nuevos cargos, como de hecho ocurrió el pasado domingo con Vielma Mora y Carlos Osorio, designados ministros de Comercio Exterior y Transporte respectivamente, Samán salió de su cargo precisamente por haber tenido una postura consecuente a la hora de enfrentar el sabotaje económico de la burguesía durante los años 2008-2010. Ya quisieran muchos ministros del gobierno, gobernadores o diputados a la ANC, actualmente en funciones, haber tenido tal tenacidad y firmeza en los principios revolucionarios.
El carácter consecuente de su gestión, le ha valido el respeto y admiración de miles de militantes revolucionarios de base en todo el país, lo que ha implicado que su candidatura sirva de expresión para encauzar el profundo descontento y malestar que existe entre amplias capas de las bases chavistas, constituyéndose por ende en un punto de referencia muy importante para el chavismo crítico y para los sectores de vanguardia del movimiento obrero y popular. En este sentido, es fundamental apoyar la candidatura del compañero frente al candidato de la burocracia reformista, en tanto y en cuanto ello permite tácticamente avanzar en la construcción de una fuerza del chavismo revolucionario de base, de cara a la necesaria batalla política que debe librarse con el reformismo para disputarle a éste la dirección del movimiento revolucionario. He allí una tarea estratégica de primer orden para los socialistas revolucionarios consecuentes en Caracas.
Ante las maniobras de la burocracia reformista y el cerco mediático contra Samán, organicemos una respuesta popular desde abajo
Ahora bien, la propia campaña del compañero ya está constituyéndose en una batalla parcial de las bases revolucionarias contra la burocracia reformista. Ante las maniobras de la dirigencia del Psuv, que ha buscado bloquear la candidatura del compañero mediante artimañas legales por parte del CNE, o a través de una clara política de censura en los medios de comunicación, es necesario organizar comandos populares y obreros de campaña en cada barrio, sindicato y universidad.
Los medios de comunicación estatales deben ser del pueblo y estar bajo el control del pueblo, no de la burocracia y utilizados de forma mezquina para la defensa de sus propios intereses. El miércoles 22 de noviembre, Jorge Rodríguez anunció públicamente que el Estado garantizaría la participación igualitaria a todos los candidatos de oposición en los medios públicos en el marco de la campaña electoral. No obstante, al mismo tiempo se ha negado rotundamente al camarada Samán cualquier tipo de participación en medios públicos, en una clara política de censura a su candidatura, no siendo éste un candidato de derecha, sino de la izquierda revolucionaria.
El nivel de degeneración política de la burocracia reformista dirigente es tan marcado, que en aras de defender el poder político y los privilegios materiales que detenta, ésta es capaz de cerrarle el camino a un candidato que representa genuinamente los intereses de las bases, mientras que se otorga concesiones a los candidatos de la derecha, corruptos y golpistas confesos y convictos, levantando la inhabilitación política a Manuel Rosales para que se inscribiera como candidato a la gobernación del Zulia, o liberando a Yon Goicoechea para que inscribiera como candidato a la alcaldía de El Hatillo.
Este tipo de acciones burocráticas, deben ser combatidas con la movilización popular en las calles. Por ello, el día de ayer, miércoles 29, un conjunto de organizaciones revolucionarias nos movilizamos en horas de la tarde hacia la sede del Ministerio de Comunicación e información, exigiendo el cese del cerco mediático contra el camarada Samán.
La crisis económica y la necesidad de un programa genuinamente socialista para la ciudad de Caracas
Vivimos una encrucijada definitiva para la Revolución Bolivariana. La aplicación durante años de políticas reformistas de regulación del capitalismo, expresadas concretamente en el control de precios y de cambio, en las nacionalizaciones de un sector pequeño de la industria, el comercio, las tierras y la banca, unido a los altos ingresos provenientes del petróleo, permitieron conquistar una serie de enormes reivindicaciones sociales para las masas trabajadoras, pero, al mismo tiempo, distorsionaron el proceso “normal” de acumulación capitalista, y limitaron la posibilidad de la burguesía de obtener mayores tasas de ganancia del proceso de producción, lo que provocó en respuesta un sabotaje brutal de la producción y la distribución de bienes, aunado al contrabando de mercancías hacia Colombia, que, sumado a la caída brutal de los precios del petróleo, ha terminado por provocar una de las crisis económicas más severas en la historia del país, la cual, valga señalar, está siendo pagada fundamentalmente por los trabajadores, por el pueblo de a pie, mientras que la gran burguesía y las transnacionales están amasando enormes riquezas con el mercado paralelo de dólares, así como mediante la especulación y la inflación desatada.
En consecuencia, de ninguna manera la situación actual admite algún tipo de vacilación o medias tintas. Sólo hay dos soluciones posibles a la crisis actual. Una solución burguesa, capitalista, que implica terminar de descargar el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores, liberando los controles de precio, el control de cambio, decretando aumentos elevados en todos los servicios públicos, ejecutando despidos masivos en la administración pública y privatizando la gran mayoría de las empresas públicas y nacionalizadas, o por el contrario, mediante un viraje decisivo hacia la izquierda, completando la nacionalización de la banca y los latifundios, del comercio exterior y de los monopolios industriales, a fin de planificar la economía para poder comenzar a resolver en beneficio de las mayorías trabajadoras, el grave problema de la inflación desatada, la especulación y la escasez crónica de alimentos, medicamentos y demás bienes de primera necesidad.
Ahora bien, desde un ámbito municipal, hay que reconocer que existen fuertes limitaciones objetivas para llevar adelante una política en tales líneas programáticas, ya que acciones del tipo de nacionalización de los grandes monopolios, de la banca privada o de los latifundios, exigen necesariamente la acción de un poder político nacional, más aún cuando el régimen capitalista de producción es un todo nacional y en particular su mercado, no está restringido a pequeñas fronteras locales o regionales, sino que opera a nivel de todo el país, e incluso, está atado por mil lazos al mercado capitalista mundial.
No obstante, hay acciones muy importantes que pueden y deben ser llevadas a cabo. Desde la alcaldía se pueden implementar medidas anticapitalistas de carácter local, que tendrían una importante repercusión en todo el país, impulsando a trabajadores de todo el territorio nacional a seguir el mismo ejemplo. Por ello, desde Lucha de Clases defendemos:
- La creación de Comités populares para el control del abastecimiento y precios, como instrumento organizativo para luchar contra el contrabando, el bachaqueo y la especulación. Con estos comités debe llevarse a cabo una fuerte ofensiva en toda la ciudad, contra la especulación, el acaparamiento y el contrabando en los mercados municipales de la ciudad, así como contra el bachaqueo, en el espíritu de la ofensiva económica bolivariana de noviembre de 2013.
- El decreto de utilidad pública y posterior ocupación, junto a los sindicatos clasistas, consejos de trabajadores y organizaciones populares, de todas aquellas industrias y comercios que están participando en la política de sabotaje de la producción y contrabando de bienes de primera necesidad. Los trabajadores de todas estas empresas, deben conformar Consejos Socialistas de Trabajadores, los cuales deben elegir democráticamente voceros a una asamblea local, para la planificación democrática de la producción y la discusión sobre la puesta en práctica del control obrero, entre otras cuestiones de importancia. Una asamblea de tal naturaleza, se constituirá en un germen poder obrero naciente. Esta medida, de crucial importancia, servirá de ejemplo para que el movimiento obrero y popular en otras ciudades y regiones del país, asuma experiencias del mismo tipo frente al sabotaje de la producción de la burguesía y a la grave crisis económica que azota al país.
- La nacionalización de todo el transporte “público” (en realidad transporte privado en manos de falsas cooperativas que operan al mejor estilo de una empresa capitalista), y la creación de una empresa municipal de transporte, bajo control obrero y comunitario.
- La implementación inmediata del control obrero sobre todas las empresas de servicio municipales, tales como aseo, ornato, mantenimiento de la vialidad y otros servicios.
- Por último, desde la alcaldía se debe impulsar el desmantelamiento del aparato de estado burgués municipal, y la construcción de una verdadera comuna revolucionaria, obrera y popular, conformada por voceros y/o representantes elegidos democráticamente, provenientes de todas las comunidades, universidades y centros de trabajo del municipio. Dicha comuna será el máximo órgano de toma de decisiones en la ciudad, una suerte de Sóviet que decidirá de forma transparente, democrática y colectiva, sobre el uso del presupuesto municipal, los planes de trabajo en materia de vialidad, vivienda, asistencia social, servicios municipales y demás cuestiones de interés público. Será un verdadero instrumento de poder obrero y popular. Ello se constituirá en un poderoso ejemplo de qué debe ser un Estado obrero, una verdadera Comuna, y por lo tanto, cómo el movimiento revolucionario de todo el país debe organizarse para derribar el actual Estado burgués imperante.
Estas medidas, aunque de alcance limitado, deben servir como guía para una insurrección generalizada del movimiento obrero y popular contra la brutal guerra económica que está llevando adelante la burguesía, contra la nefasta política de conciliación de clases que de manera oportunista está aplicando el gobierno, otorgando concesiones y prebendas al enemigo de clase mientras éste último asfixia de hambre a nuestro pueblo, y en fin, para impulsar una ofensiva anticapitalista nacional de todo el pueblo trabajador contra la burguesía y la burocracia reformista, a fin de poder superar, mediante políticas socialistas, la grave crisis económica y social que vive el país, y de esta forma recuperar la senda del socialismo, que hace tiempo abandonó la dirigencia bolivariana.
Después del 10 de diciembre debemos continuar la lucha para forjar un nuevo movimiento de la vanguardia revolucionaria venezolana
Ahora bien, a fin de poder llevar hasta sus últimas consecuencias una insurrección revolucionaria de tal naturaleza, es necesario organizar a las fuerzas del chavismo crítico y combativo en una fuerza política nacional independiente de la burocracia reformista, dotada del programa, los métodos y las tradiciones del socialismo científico, del marxismo revolucionario. Más allá de los resultados del 10 de diciembre, la gran batalla que contra la burocracia reformista está librando el camarada Samán y un sector importante de la vanguardia revolucionaria en la ciudad de Caracas, debe servir de base para la construcción de un movimiento revolucionario nacional, de los trabajadores, jóvenes y militantes de base del chavismo, que desarrolle una política revolucionaria consecuente e independiente de la burocracia reformista. Aquel llamado que hizo el camarada Samán a conformar una Corriente Radical dentro del chavismo en el año 2010, debe retomarse y reimpulsarse, pero a un nivel cualitativamente superior. Los evidentes y obscenos niveles de degeneración burocrática y reformista de la dirección bolivariana, y, en consecuencia, el profundo malestar social que existe entre las bases revolucionarias, generan condiciones muy propicias para esta tarea absolutamente imprescindible, si realmente aspiramos a derrotar de una vez por todas la terrible amenaza de la contrarrevolución, que a pesar de la derrota de las guarimbas, aún se mantiene peligrosamente latente. No podemos vacilar un segundo en esta tarea gigantesca que nos exige la historia. El futuro de la revolución proletaria en Venezuela depende de ello. Unete a Lucha de Clases y apoya la campaña del camarada Samán. Organicemos Comités por la Caracas Rebelde para luchar por la victoria del compañero Samán el 10 de diciembre y para la lucha por el socialismo cmi.venezuela@gmail.com o a los números 0424-1200737 y 0426-9160382.