Desde principios de año, la zona minera de Gafsa (Túnez) se encuentra en un estado de efervescencia social. En esta zona de explotaciones de fosfato la Compagnie des Phosphates de Gafsa mantiene un dominio absoluto. Cuenta con el apoyo del régimen despótico y corrupto de Ben Alí. Además de la contaminación provocada por las actividades de extracción y tratamiento, hay que sumar la pobreza y el desempleo masivo, toda esta situación es la que ha provocado este enorme movimiento de protesta.
Los trabajadores y los jóvenes de la cuenca minera se han movilizado para defender su dignidad, para que se cree empleo, para mejorar sus condiciones de vivienda, sanitarias y educativas. Denuncian este sistema de pillaje, tanto económico como social. Las huelgas se han multiplicado, profesores, algunos sectores de la administración pública e incluso se han movilizado los pequeños comerciantes.
El movimiento ha adoptado diversas formas. Por ejemplo, en varias ciudades de la cuenca minera, los jóvenes parados, las viudas de los trabajadores y los trabajadores víctimas de accidentes laborales en la Compagnie des Phosphates, han organizado "sentadas" con tiendas de campaña frente a los edificios oficiales. El régimen de Ben Alí ha reprimido violentamente este movimiento, su intención es que la región de Redeyef no se convierta en un símbolo de la furia que existe entre la juventud y los trabajadores en todo el país, además de intentar que el movimiento no se extienda a otras zonas. Desde principios de año se han producido cientos de detenciones. La policía acosa brutalmente a la población que se moviliza diariamente. La ciudad está prácticamente bajo estado de sitio.
Gafsa es una región conocida por sus tradiciones militantes y revolucionarias. Este año marca el trigésimo aniversario de la huelga celebrada durante el mandato de Bourguiba, que se inició en esta zona minera de Redeyef, y después se extendió a los trabajadores y jóvenes de toda la región de Gafsa, finalmente llevó a una huelga general en todo el país. Ahora la brutal represión de este movimiento se ha cobrado ya cientos de vidas, miles de trabajadores y sindicalistas han sido condenados a largas penas de prisión.
El supuesto "milagro económico"
El régimen de Ben Alí se jacta del "milagro económico" de Túnez. ¿Pero cuáles son los beneficios de un crecimiento basado principalmente en el turismo? Los capitalistas que dominan la industria turística son los que absorben casi todos los beneficios. Han acumulado enormes fortunas gracias a la especulación inmobiliaria, mientras que la mayoría arrolladora de la población languidece víctima del desempleo y la pobreza. Aunque empresas francesas, españolas y alemanas se han trasladado a Túnez para aprovecharse de una mano de obra muy barata y sobreexplotada, hay otras muchas empresas que despiden a sus empleados y abandonan Túnez para encontrar trabajadores aún más baratos en otros lugares. Otra consecuencia del "milagro" Ben Alí son los cientos de jóvenes que intentan huir del país por vía marítima en embarcaciones lamentables, muchos de ellos mueren ahogados.
El 7 de mayo, Redeyef, una ciudad de 30.000 habitantes, fue rodeado por la policía. Según testigos presenciales, varios centenares de personas -hombres, mujeres y niños- cargadas con lo estrictamente básico intentaban abandonar la ciudad con la intención de huir de las fuerzas de seguridad. Pero fueron disuadidos por los dirigentes del comité de huelga y finalmente decidieron quedarse para continuar la lucha. Una "evacuación en masa" de este tipo no habría sido un método de lucha eficaz. De todos modos, este episodio subraya la enorme brecha que se ha abierto entre el pueblo y las autoridades. Asimismo, refleja la desesperación de una población que soporta además la conducta de unos dirigentes sindicales "oficiales" famosos por ser corruptos y estar pagados por el régimen. Precisamente estos "dirigentes" sindicales han tratado de aislar y desmoralizar a los huelguistas y acabar con la rebelión de la población.
Dos días más tarde, el 9 de mayo, Taher Saidi, de 44 años, resultó gravemente herido durante una intervención de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Om Larais (35.000 habitantes), el 19 de mayo murió en el hospital regional de Gafsa.
El incidente que llevó a los acontecimientos del 7 de mayo fue la muerte de un joven parado que, el día anterior, murió electrocutado en el interior de una central eléctrica local, ocurrió después de la brutal intervención de las fuerzas de seguridad contra una manifestación de jóvenes desempleados. Estos jóvenes protestaban por el concurso opaco que había permitido la entrada en la región de la Compagnie des Phosphates de Gafsa, que además se había comprometido a contratar a jóvenes desempleados de la región. Un grupo decidió ocupar el generador de energía eléctrica que suministraba a la empresa. Una brigada de policías armados comenzaron a evacuar el generador con gases lacrimógenos. El suministro eléctrico fue restaurado y varios jóvenes manifestantes resultaron electrocutados. El joven fallecido tenía 26 años de edad y se llamaba Hichem Ben Jeddou El Aleimi. Otro joven, Ahmed Ben Salah Fajraoui, de 21 años de edad, resultó gravemente herido.
Además, el régimen de Ben Alí ha detenido a varios militantes del movimiento estudiantil, Znaïdia y Jihed Nejib Ben Alí, y también a los desempleados Houcine Ben Soltane, Abid Tababi, Ismail Hlaimi y Atef Ben Salehn. Todos están en espera de juicio.
Los estudiantes y los jóvenes desempleados encarcelados, como todos los habitantes de la zona minera de Gafsa necesitan nuestra solidaridad. Sin embargo, las simples declaraciones de solidaridad no bastan. Los medios de comunicación han levantado un muro de silencio que rodea a los acontecimientos de la zona minera de Gafsa, La Riposte hace desde aquí un llamamiento a todos los sindicatos y partidos de izquierda para que hagan todo lo posible para dar a conocer esta lucha. Los sindicatos de los sectores de la prensa escrita y la industria audiovisual tienen un papel importante que desempeñar en este caso. Los sindicatos del personal de aeropuertos y de la industria turística también deben movilizarse para denunciar la represión.
Source: El Militante