El sábado 14 de junio podría ser una fecha posible; antes de la toma de posesión de Felipe, prevista para el 18 de junio. Las organizaciones de izquierda, sindicales, progresistas, republicanas y movimientos sociales deberían organizarla
Para exigir:
* Un referéndum que permita al pueblo decidir entre monarquía y república.
* Apertura de un proceso constituyente para elaborar una nueva Constitución que consagre la República y otorgue plenos derechos democráticos a la población y a los pueblos que componen el Estado español.
* Poner la economía en manos de la clase trabajadora y demás sectores populares explotados.
El miedo cambió de bando
No es casual que la abdicación de Juan Carlos se produjera una semana después de las elecciones europeas del 25 de mayo, que han revelado el debilitamiento extremo de los partidos garantes del régimen y el fortalecimiento de las tendencias de izquierda en la sociedad, con un marcado carácter anticapitalista y antimonárquico.
No es extraño que tengan miedo al descontento popular. Las impresionantes movilizaciones que se desataron espontáneamente el día de la abdicación de Juan Carlos, el lunes 2 de junio, cuando cientos de miles tomamos las calles para celebrar su renuncia y exigir un referéndum que nos traiga la República, dan una buena medida del verdadero sentir de la calle.
Lo que la situación demanda es que, de manera inmediata, las direcciones de Izquierda Unida, de PODEMOS, de los movimientos sociales, de las Plataformas por las Marchas de la Dignidad, de los sindicatos, y todas las que quieran sumarse, se pongan de acuerdo para organizar una Marcha a Madrid desde todos los puntos del Estado, antes de la toma de posesión de Felipe de Borbón, para exigir la celebración de dicho referéndum y crear las mejores condiciones para avanzar de manera decisiva al proceso constituyente al que aspiramos. Por eso consideramos la fecha más idónea el Sábado 14 de junio.
No hay duda de que la respuesta popular sería multitudinaria y entusiasta. Es más, no hay otra manera de avanzar hacia estos objetivos – fuera de declaraciones grandilocuentes – sino con la más amplia movilización popular.
>Hay que poner fin al viejo régimen
La renuncia de Juan Carlos ha dado nuevo impulso a la expresión del descontento social y ha ampliado de manera decisiva el horizonte político de millones de trabajadores, jóvenes, desempleados, jubilados, amas de casa, y sectores de clase media empobrecidos. En suma, ha reforzado la confianza y la disposición a la lucha de las mejores energías humanas y espirituales de nuestra sociedad, las que están llamadas a transformar de abajo arriba este sistema decrépito, injusto e inhumano para alumbrar una sociedad nueva que satisfaga a la inmensa mayoría que hoy sufrimos los efectos de la crisis del capitalismo.
Es necesario cerrar ese capítulo bastardo de nuestra historia, el del régimen del 78 que produjo una democracia burguesa limitada pactada por los sucesores del régimen franquista - Suárez, Fraga – y los dirigentes reformistas de la partidos obreros – Carrillo y González. La farsa de la "Transición democrática" fue el mecanismo por el que se abortó la lucha revolucionaria de jóvenes y trabajadores contra la dictadura de Franco, con impunidad para los crímenes franquistas, y la que nos impuso la bandera monárquica y la unidad forzada de España.
La oligarquía económica de los bancos y grandes empresas, y las altas instituciones del Estado, han fracasado completamente en ofrecer un futuro a millones de trabajadores y ciudadanos. Es la hora de que el pueblo alce la voz y tome su destino en sus manos.
¿Por qué luchar por la república?
La lucha por la república tiene un carácter democrático elemental ¿Cómo es posible que el cargo de Jefe del Estado sea el monopolio hereditario de una familia que hunde sus raíces en el oprobioso sistema feudal? De una familia, los Borbones, que tiene una historia de más de 200 años de odiosa opresión, engaño, corrupción y violencia contra las más justas y elevadas aspiraciones populares y de las masas trabajadoras ¡Es el pueblo quien debe elegir a todos sus representantes! ¡No somos súbditos, sino hombres y mujeres que levantamos este país día a día con plena capacidad para tomar nuestro destino en nuestras manos!
Y que no nos vengan con que el Monarca tiene meras atribuciones cosméticas y de protocolo. El que ya fue Rey Juan Carlos Borbón tiene un oscuro papel en nuestra historia reciente: elegido por el dedazo del dictador Franco, siempre tuvo una relación especial con los sectores dominantes de la clase capitalista, que no escatimaron favores económicos a la familia real. Aun está por desvelar el ambiguo y oscuro papel que jugó Juan Carlos en la trama golpista del 23F.
El verdadero papel de la Monarquía de Juan Carlos (y ahora del que se pretende que ejerza el mismo papel, su hijo Felipe), no ha sido el de gran padre de la ciudadanía, otorgado por la falsa propaganda que desgraciadamente respaldaron en el pasado muchos dirigentes de izquierda, sino el de ejercer de manera antidemocrática toda una serie de facultades constitucionales muy importantes: sancionar las leyes fundamentales, Jefe de las fuerzas armadas, declarar el Estado de excepción y de emergencia. En definitiva, ser un posible instrumento que pueda aglutinar las fuerzas reaccionarias contra el pueblo haciendo uso de dichas facultades. Y esto no va a cambiar con el rostro amable y afable de Felipe VI.
Nuestras tareas:
- ¡Todos a las manifestaciones convocadas para eset sábado 7 de junio! Continuar con la movilización popular en la calle para exigir la apertura de un proceso constituyente que derogue la antidemocrática Constitución del 78 y plantee un referéndum popular para que la población decida libremente si quiere Monarquía o República. Para esto debería concretarse inmediatamente una Marcha Estatal a Madrid como siguiente paso, y como planteamos antes.
- Las elecciones del 25 de mayo, y el ambiente generado posteriormente, han expresado un mandato claro: construir un gran frente político unido. Los dirigentes de Izquierda Unida, de Podemos y de los demás movimientos sociales y populares deben dar un paso al frente para hacer realidad esta demanda, tanto en la lucha política como en la lucha en la calle.
La verdadera soberanía popular consiste en que el conjunto de la población posea, controle y utilice las palancas fundamentales de la economía. Por lo tanto, debemos vincular la lucha por la república con la expropiación de esas palancas fundamentales y arrancarlas de las 100 familias que las poseen. Es decir, debemos luchar por la República Socialista Federal, con la unión voluntaria en la misma de todos los pueblos que componen el Estado español.
- ¡Todos a las manifestaciones del 7 de junio!
- Movilización popular por un proceso constituyente republicano. Organizar de manera inmediata una "Marcha Estatal a Madrid".
- Por un frente político de la izquierda, los movimientos sociales, y organizaciones obreras
- Por una República Socialista Federal