Está teniendo lugar un enfrentamiento entre el gobierno griego y los acreedores del país, que podría terminar con la cesación de pagos de la deuda griega, el abandono del euro, e incluso de la propia Unión Europea (UE). Esto tendría consecuencias muy graves tanto para el pueblo griego como para la economía europea y mundial ¿A dónde conduce todo esto?
El país tiene una deuda de alrededor 315 mil millones de euros, equivalente al 175% del PIB. A principios de mayo tenía que realizar pagos por 1000 millones de euros al FMI. A finales de junio debe hacer pagos por 2.500 millones, y en julio y agosto por 6.700 mil millones correspondientes al vencimiento de bonos en poder del Banco Central Europeo. Además de esto tuvo que pagar 1.700 millones en salarios y pensiones antes de finales de abril ¡El tiempo se acaba!
En el marco del segundo paquete de rescate, Grecia esperaba recibir un último tramo de 7.200 millones de euros, pero este dinero ha sido retenido como una forma de chantajear al gobierno de Syriza para que se desplome y renuncie a sus promesas de alivio de la austeridad para los trabajadores griegos. El dinero será liberado solamente si Syriza presenta un paquete de nuevos recortes, es decir, si está de acuerdo en continuar con las medidas de austeridad puestas en marcha por el gobierno anterior.
La ironía de la situación es que, incluso si el gobierno consiguiera con éxito que sus acreedores liberaran los 7.200 millones de euros, esto sólo les haría ganar tiempo hasta después del verano. Entonces todo el drama se abriría de nuevo, más pagos serían exigibles y más demandas serían impuestas al gobierno para reducir el gasto y aumentar los ingresos.
Deuda impagable
Entre 2010 y 2014 Grecia recibió un total de 254.400 millones de euros en los paquetes de rescate. Pero 40.600 millones fueron solamente para pagar intereses de la deuda acumulada. Otros 48.200 millones fueron a los bancos para su recapitalización. De hecho, sólo el 5% del total fue destinado en efectivo al gobierno para sus necesidades. Esta deuda se ha convertido claramente en impagable y todos los analistas burgueses serios pueden ver eso. No es una cuestión de "si" sino de "cuándo" Grecia, eventualmente, entrará en cesación de pagos.
Hasta el momento, los líderes de Syriza se han consolado con la idea de que "Europa" nunca permitiría que tal eventualidad se convierta en realidad. A principios de este mes Tsipras declaró lo siguiente: "Estoy convencido de que la Europa de las tradiciones democráticas y la Ilustración no cederá a las voces extremas de algunos, no va a elegir el camino de un chantaje financiero inmoral y brutal, sino el camino de superar las diferencias, el camino de la estabilidad y el respeto mutuo, y sobre todo, el camino hacia la democracia, para el beneficio de nuestro futuro europeo común. "
Esto está en línea con las ilusiones del ministro de Finanzas de Tsipras, Varoufakis, de que es posible apelar a la racionalidad de al menos un sector de la burguesía. Esto ignora por completo lo que impulsa a los capitalistas, la búsqueda de ganancias. El capital financiero europeo ha puesto un montón de dinero en Grecia y quiere ver un retorno de su inversión. Es cada vez más claro que su dinero está perdido y no se puede recuperar, entonces en algún momento van a decidir que deben reducir sus pérdidas y salir corriendo.
Lo que les ha abstenido de hacer esto, hasta ahora, ha sido el miedo al contagio y la posibilidad de que la suspensión de pagos de Grecia pueda convertirse en una crisis a nivel europeo, tanto económica como política. Pero el sector de la clase capitalista, especialmente en Alemania, que está convencido de la necesidad de dejar que Grecia se hunda, está creciendo.
"Hay que hacer cualquier cosa para evitar” que Grecia se quede sin dinero, dijo la semana pasada la canciller alemana Angel Merkel. "En el lado alemán, estamos dispuestos a proporcionar todo el apoyo que se nos pida. Pero, por supuesto, las reformas hay que hacerlas", agregó. El gobierno alemán se mantiene firme en su insistencia en que el gobierno de Syriza debe abandonar todas las promesas de poner fin a la austeridad. En particular, están insistiendo en una mayor desregulación del mercado de trabajo y más recortes en las pensiones.
Tsipras está esperando desesperadamente algún tipo de compromiso, y en una de sus últimas entrevistas en televisión ha declarado que cree que un acuerdo provisional estará listo el 9 de mayo. "Creo que estamos cerca. Creo que si nadie quiere socavar o torpedear [las negociaciones] estamos cerca de un paquete aceptable", y añadió que no habría concesiones por parte del gobierno griego, como la privatización parcial del puerto de El Pireo y la cesión con derecho a compra (leasing) de 14 aeropuertos regionales.
La remodelación reciente en el equipo de negociación griego con la sustitución de Varoufakis por Tsakalotos debe ser visto bajo esta luz. Tsakalotos no es sólo un hombre que los capitalistas describen como "una persona afable" (que significa "dispuesto a hace concesiones"), sino también viene del núcleo interno del propio Syriza (en oposición a Varoufakis que no es un miembro del partido) y que estaría mejor posicionado para tratar de convencer a las filas del partido de cualquier compromiso.
¿Cuál es el camino de Syriza?
El punto es que las concesiones de ahora sólo servirán para preparar nuevas concesiones en el futuro, cuando más préstamos tendrán que ser negociados, hasta que Syriza se vea obligada a renunciar por completo al programa con el que fue elegido. Al final, el gobierno sólo tiene dos opciones, o bien se entrega por completo y reniega del mandato por el que fue elegido o entra en cesación de pagos.
El problema con la primera opción es, que se ampliaría aún más las contradicciones internas dentro de Syriza, donde su ala izquierda es fuerte. Prepararía el terreno, incluso para una posible escisión de Syriza, un ala derecha abiertamente pro-capitalista rompiendo con el ala izquierda que significaría el fin del gobierno de Syriza. Esto conduciría a la desilusión entre muchos que votaron al partido, con un sector importante que se radicalizaría a la izquierda y otros que buscarán a otros partidos, incluyendo la derecha.
La segunda opción conduciría directamente a una suspensión de pagos de la deuda, lo que significaría que Grecia sería empujada fuera del euro e incluso de la propia UE, con el país teniendo que volver al dracma. Sobre bases capitalistas esto implicaría un enorme colapso en la economía y un continuo sufrimiento para las masas griegas, lo que también desgarraría a Syriza en este proceso.
Consecuencias de salir del euro
Los comentaristas burgueses han estado viendo las consecuencias de este escenario. The Independent planteó la pregunta en un artículo, Grexit: ¿Cuán de probable es la salida de Grecia del euro y que pasaría con la economía? Su respuesta:
"Una crisis financiera inmediata y una nueva, y profunda recesión. Sin el apoyo financiero externo, el país tendría que entrar en cesación de pagos y, probablemente, comenzar a imprimir su propia moneda de nuevo con el fin de pagar a los funcionarios. Sus bancos también perderían el acceso a la financiación del Banco Central Europeo".
"Para evitar que estas instituciones se derrumben, Atenas tendría que imponer controles sobre el movimiento de dinero fuera del país. El valor internacional de la nueva moneda griega sería inevitablemente mucho más bajo que el euro. Eso significaría una caída instantánea del nivel de vida para los griegos debido al salto en los precios de las importaciones. Y si los griegos tienen deudas externas que pagar en euros, también sería instantáneamente peor. Podría haber una cascada de impagos".
El artículo sigue viendo la posibilidad de que una moneda más débil podría hacer que las exportaciones griegas sean más baratas y eventualmente conducir a una recuperación, pero concluye "esto es muy incierto".
La razón de esto es clara. No sólo es Grecia la que está en crisis, sino el conjunto de la economía europea se ha estancado, y en todo el mundo el crecimiento de la economía se está desacelerando. En un mercado contraído, el más productivo y competitivo sobrevive, mientras que los otros van al paredón. Además, si una suspensión de pagos de Grecia conduce a su salida de la Unión Europea, Grecia tendría también menos acceso al más amplio mercado europeo. Y no habiendo pagado, no tendría acceso al crédito.
Un artículo que apareció en la revista Forbes, ¿Por qué la salida de Grecia del Euro sería una idea muy mala?, presenta el siguiente escenario de pesadilla:
"El verdadero riesgo es que una cesación de pagos griega haría inútil las garantías de los bancos griegos, por lo que les sería imposible obtener incluso fondos de emergencia. Esto técnicamente llevaría a la quiebra del banco central griego y desencadenaría un colapso desordenado del sistema bancario griego. (...)
"La mayoría de la deuda soberana griega no está en manos de los bancos –ni siquiera de los griegos– sino en una serie de instituciones de la Unión Europea, incluido el Banco Central Europeo, el Sistema de Estabilidad Financiera Europeo (EFSF) y gobiernos de la zona euro a través de préstamos bilaterales. Y en el FMI. Todas estas instituciones perderían grandes cantidades de dinero si Grecia no pagara su deuda. Este sería el caso, tanto si la suspensión de pagos de Grecia estuviera acompañada o no de la salida del euro. (...)
"Cuando hay una cesación de pagos soberanos, el choque sistémico se transmite a los demás a través de la balanza de pagos cuando el comercio se trunca abruptamente y el capital huye. (...) Es particularmente desastroso para aquellos países con vínculos comerciales más fuertes con la parte morosa. En el caso de Grecia, serían los países de la eurozona, Rusia y los exportadores de petróleo y gas de Medio Oriente".
El escritor añade, a continuación, una interesante conclusión: "La eurozona también, por tanto, sufrirá una fuerte recesión, al igual que sus socios comerciales. Países periféricos como España encontrarán sus brotes verdes de la recuperación aplastados, sus déficits fiscales subiendo de nuevo y el tamaño de su deuda en relación al PIB, en alza. Sin duda, se impondría más austeridad para bajarla, aumentando el descontento público y mejorando las perspectivas electorales de los partidos populistas como Podemos".
Contagio - económico y político
Como hemos dicho, el riesgo de contagio de la crisis griega no sólo es económico, como lo vimos en el artículo anterior de Forbes, sino también político. El comportamiento del capital financiero alemán y europeo no se puede explicar únicamente mirando a la economía griega. Después de todo, el PIB griego representa no más del 2% del PIB de la Eurozona en general. Podrían fácilmente darse el lujo de hacer más concesiones a Grecia. El problema es que cualquier concesión hecha a Grecia llevaría a países como Irlanda, Portugal, España e Italia a exigir concesiones similares, y los dos últimos son economías mucho más grandes, Italia es el tercero más grande de la zona euro, con una deuda que hace que los problemas de Grecia se vean insignificantes.
El aumento de Podemos en España, que el analista de Forbes señala, es motivo de preocupación para los estrategas serios del capital. Si se viera a Syriza consiguiendo importantes concesiones de la Unión Europea que condujeran a un alivio de la austeridad, esto fortalecería enormemente a Podemos en España, al que se ve jugando un papel similar al de Syriza. A su vez, esto podría favorecer el desarrollo de fenómenos similares en toda Europa, y luego los capitalistas europeos se enfrentarían a una revuelta en toda Europa contra la austeridad y se encontrarían en una situación política muy inestable.
Los burgueses requieren gobiernos estables tanto de carácter conservador como "socialdemócrata". Cuando los conservadores pierden apoyo tras llevar adelante los planes de austeridad, llaman al equipo B de la socialdemocracia para que ocupe su lugar y continúen con las mismas políticas de austeridad. Pero este sistema se está desmoronando. La socialdemocracia ha estado involucrada en el impulso de severas medidas de austeridad y ha comenzado a pagar un alto precio por ello. El colapso del PASOK en Grecia es el ejemplo más claro de esto. Pero también tenemos la decadencia del Partido Socialista francés, el PSOE español, el completo colapso del viejo Partido Comunista en Italia, y en Gran Bretaña vemos un Partido Laborista que está tratando de ganar el apoyo suficiente para derrotar a los conservadores en las próximas elecciones [que finalmente perdió, NdT] .
Los burgueses están viendo una fragmentación de su sistema político. Donde había dos grandes partidos ahora estamos empezando a ver varios partidos emergentes, haciendo que la tarea de gobernar la sociedad, lo que significa la imposición de la austeridad y evitar al mismo tiempo una rebelión de masas, sea cada vez más difícil.
Los trabajadores europeos buscan una salida
Las masas europeas están buscando una manera de poner fin a la austeridad y se preparan para votar a cualquier fuerza política creíble que perciban como capaz o dispuesta a hacer esto. Lo que significa que las masas están buscando una manera de salir del capitalismo. Puede que no sean plenamente conscientes de esto, pero su oposición a las políticas impuestas por los capitalistas las pone en colisión con el sistema en su conjunto. A la larga, esto conduce a la inevitable conclusión de que lo que se requiere es una revolución para transformar radicalmente la sociedad.
La crisis en Grecia muestra precisamente esto. Las masas quieren que Syriza lleve a cabo su programa y esperan que esto se pueda lograr mediante una firme negociación con la UE, el BCE y el FMI, oponiéndose a sus medidas de austeridad draconianas, y así conseguir el alivio que anhelan. Pero ellas están en el proceso de aprendizaje de que, sobre la base del capitalismo, no hay fin a esta austeridad.
Ahí es donde radica la debilidad de la dirección de Syriza. Esta no cree que las masas sean capaces de sacar conclusiones revolucionarias, y es por eso que buscan medidas de medio camino y compromisos. Pero no hay lugar para este tipo de compromisos. Los burgueses serios creen que como máximo dentro de uno o dos años Grecia saldrá del euro de todos modos.
Una vez que esto suceda Syriza debería ser capaz de adoptar las medidas necesarias, que contemplen la nacionalización de la totalidad del sistema bancario griego, la expropiación de los oligarcas y la utilización de la riqueza que actualmente poseen, con el fin de iniciar la reconstrucción de la economía en líneas socialistas.
Mantenerse dentro de la UE y el euro sobre bases capitalista significa una austeridad y sufrimiento interminables para las masas griegas. Salir del euro y de la UE sobre bases capitalistas también abre el camino hacia el colapso económico y a una gran caída de los niveles de vida. La única salida real es explicar todo esto abierta y honestamente a las masas griegas, y preparar el terreno para un movimiento revolucionario hacia la transformación socialista de la sociedad.
1 de mayo, 2015