La mayoría de las mujeres del mundo hoy están muy lejos de alcanzar la igualdad, mucho menos la liberación. La diferencia salarial entre hombres y mujeres es un aspecto, pero la desigualdad y la opresión van mucho más allá. Desde el miedo a dejar nuestras bebidas desatendidas cuando salimos por las noches hasta la ansiedad de volver a casa solas, tener que aguantar constantes comentarios y miradas sexistas; hacer la mayor parte de las tareas domésticas; pasar por que los médicos no se tomen en serio las "enfermedades de las mujeres" y, en general, por ser tratadas como si valiéramos menos, la lista es interminable...