La lucha del Sutna, un ejemplo para el conjunto de la clase obrera

Image: @alfondevil

El SUTNA acaba de firmar un doble acuerdo paritario con las patronales. Para junio 2021 – julio 2022 un 2% por encima de la inflación y para la paritaria junio 2022 – julio 2023 un 73% en cuotas y con cláusula de revisión; también un bono de $100.000 como compensación; el reclamo de las horas al 200% para los fines de semana, es un reclamo aún pendiente. A esto hay que sumarle la cláusula de indexación por inflación.

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El desenlace de la lucha del Sutna puso en debate dos ejes fundamentales para la clase trabajadora: el método de lucha, es decir la huelga la ocupación y la movilización, para arrancar cualquier demanda a los capitalistas y la reapertura de paritarias.

¿Por qué decimos esto? En primer lugar, desde el gobierno del Frente de Todos (FdT) y su súper ministro Sergio Massa, se mantenía la decisión política de otorgar un bono salarial (suma fija). En concordancia con el Gobierno, los gordos, los flacos y no tan flacos, jefes de las centrales sindicales acompañaron a este planteo con su silencio, en la perspectiva de no reabrir paritarias, aunque se había acordado una cláusula de revisión en la última negociación. En consecuencia, la lucha sostenida por el Sutna y los obreros del neumático puso nuevamente en su dimensión la pelea que hacía falta para arrancar de nuevo acuerdos paritarios. Seguros, bancarios, estales, la amenaza de camioneros con las declaraciones de Pablo Moyano: «El paro de los trabajadores del neumático va a ser un poroto con lo que va a hacer Camioneros», etc. lograron que estos sindicatos actualizaran los acuerdos acompañando la inflación, en el marco de la irrupción del conflicto de los obreros del neumático que empujó a empresarios, jefes sindicales y al gobierno, a poner todo el esfuerzo para cerrar esta pelea que empujaba a otros sectores obreros y de trabajadores por su efecto contagio.

Por el otro lado, se puso blanco sobre negro la herramienta con que contamos los trabajadores para luchar contra el gobierno y los empresarios, para arrancar conquistas. Lo señalamos de manera enfática ya que hubo y hay un marcado macartismo hacia la dirección del Sutna y puntualmente al compañero Crespo por su filiación a un grupo de izquierda. Detrás del silencio bochornoso se escuchaba “con esta dirección se está llevando al precipicio a más de 5000 familias”“son los trotskos que radicalizan todo”. Fue en este marco en donde se puso todo el esfuerzo por desactivar los procesos de luchas que recorren el país y que aún están por dirimirse.
La idea de que con la negociación/conciliación se puede arreglar con las patronales sin llegar a estos extremos de lucha vuela por muchos sindicatos y cuerpos de delegados. Idea que ha sido contradicha rotundamente por la lucha de los obreros del neumático.

En realidad, es al revés, fue la lucha del Sutna y de los trabajadores del neumático la que obligó a cerrar nuevos acuerdos paritarios y no las “buenas negociaciones” de los dirigentes sindicales; fue la lucha y también el temor de que se expandieran a otras ramas industriales y de servicios lo que empujó a todos (empresarios, gobiernos, centrales sindicales) a resolverlo.

Pero la realidad en tiempos de crisis es otra. La calma en épocas de relativa de paz ya pasó, y para muestra tenemos a Gran Bretaña y EE.UU. donde la lucha de clases se encuentra al orden del día. La crisis capitalista mundial se profundiza mostrando que lo que se requiere es una sacudida radical de los sindicatos existentes.

Esto nos lleva a otra pregunta ¿quién marca la agenda? A estas alturas podemos decir que la embajada de los EE.UU. y Kristalina Gueorguieva del Fondo Monetario Internacional. Ya que pareciera que tienen una oficina en la Casa Rosada. Las direcciones sindicales (CGT y CTA) por un lado mientras acuden muy prestos a visitar al embajador de EEUU Marc Stanley, por el otro acompañan el acuerdo con el FMI y las medidas del ministro Massa redactadas en los escritorios del propio fondo monetario.

En vez de potenciar un arreglo acorde a las necesidades de las mesas obreras, en esta época de extrema volatilidad, juegan por diversos motivos y razones a encolumnarse detrás de la agenda del gobierno.

Fue la preocupación de los jefes cegetistas la que los llevó a presionar al gobierno para que tomara cartas en el asunto y de esta manera les sacara un “potencial” problema; el temor de los temores, es y era, un posible rebasamiento de sus bases. Se aferran así a los formidables privilegios y negociados que los mantienen atornillados a sus cómodos sillones y oficinas, como contrapartida a los enormes favores que hacen a empresarios, banqueros y terranientes contribuyendo con la “paz social” y la tan mentada gobernabilidad. Que no es otra cosa que la defensa del ajuste.

Por su lado, Sergio Massa y el ministro de trabajo Claudio Moroni, expresaban sin disimulo alguno y con total soltura su hostilidad al conflicto, prefiriendo dar luz verde a las importaciones de neumáticos, que mediar con las patronales para resolver el conflicto y no dejar en la calle a 5000 familias. Hubo un claro aval por omisión y acción del lockout de las empresas del neumático poniendo toda la artillería en estigmatizar y difamar a la dirección del Sutna.

Esta posición fue acompañada por el conjunto de los representantes parlamentarios del gran capital, como así la mayoría de los medios de comunicación que dieron lugar a barbaridades dichas por Bullrich, Espert y demás runflas, mintiendo sobre los salarios que percibían los obreros y arengando un discurso cuasi fascista de: “obreros que toman fábricas o cortan rutas, garrote, cárcel y disolución de sus sindicatos”.

Por el lado del sector kirchnerista hubo algunas declaraciones que intentaban ocultar la política propatronal asumida por su propio gobierno.

Pero fundamentalmenteme desde los sindicatos afines al proyecto Nacional y Popular, como de la dirigencia política, hubo silencio de radio, dejando hacer al super ministro fondomonetarista de Economía y al Ministro de trabajo de las multinacionales.

En un ambiente de mucha incertidumbre los obreros del neumática y el Sutna comenzaron a marcar la cancha en oposición a los que quisieron materializar el programa de las empresas y del FMI imponiendo una marca obrera, en rechazo a la política que lleva a nuestra clase como furgón de cola de los empresarios y políticos capitalistas.

La importancia de la democracia obrera

La importancia de la lucha de los neumáticos marca el método y las herramientas en el contexto actual de crisis, como respuesta obrera ante la ofensiva de los capitalistas.

La asamblea como órgano de decisión resultó fundamental, combinada con una dirección combativa, que sostiene la democracia directa y la democracia obrera para cualquier decisión que debe asumirse, tomando en sus manos sus propias decisiones.

Independientemente si fue sentido como un triunfo o es vivido como un empate, los resultados del conflicto que llevaron seis meses, muestran la necesidad de luchar por un programa que exprese los genuinos intereses de nuestra clase, como también de los métodos y las herramientas, la movilización, el paro y la huelga general y fundamentalmente la asamblea de base. Lo destacamos ya que el futuro venidero es de incertidumbre y lucha de clases, y no quedan dudas que la pelea de los obreros del neumático fue ejemplar para el conjunto de los y las trabajadoras.

El gobierno con sus apelaciones a la sensatez en la boca del presidente Alberto Fernández, el silencio ruidoso del ala kirchnerista y el trabajo sucio de Massa y Moroni mostraron cada uno a su manera un trabajo de conjunto para que esta lucha fuera derrotada, y de haberse perdido esta batalla hubiera representado un duro golpe para el conjunto de las y los trabajadores.

La lucha de los obreros del neumático puso también en la agenda de los trabajadores y trabajadoras la importancia de recuperar los sindicatos para una política clasista en contraposición a los sindicatos copados por la burocracia. Como así también despertó muestras de internacionalismo proletario que llego de la mano de los obreros del neumático en Brasil que amenazaron con generar un conflicto regional si las patronales doblegaban al Sutna.

Vienen tiempos difíciles, la miseria reina en las barriadas populares, la tarea del momento es prepararnos y resulta más que necesario avanzar en la perspectiva de un Congreso Obrero que discuta la preparación de la huelga general y la formación de un Partido de Trabajadores que permita elevar la lucha reivindicativa hacia la lucha política. Sin dudas el Sutna cuenta con una merecida autoridad ante la vanguardia para asumir esta tarea y convocar a este Congreso que sea la referencia que necesitan todos los sectores en lucha. Unidos y adelante camaradas.

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