Ayer, 12 de diciembre, la clase obrera y los pobres de Grecia provocaron un impacto tremendo en la situación social y política. Sólo tres meses después de la reelección del gobierno de Nueva Democracia, la gran mayoría de la población griega participó en un gran movimiento contra los ataques de los empresarios al sistema de seguridad social.
La huelga general de 24 horas fue convocada por el sindicato GSEE (trabajadores de cuello blanco y azul) y el ADEDY (sindicato de trabajadores del sector público), los dos sindicatos más grandes que representan a 2,5 millones de trabajadores griegos. La movilización también arrastró a los abogados, periodistas, comerciantes, propietarios de pequeñas empresas e ingenieros. Todos los principales medios de transporte (metro, autobuses, barcos, aeropuertos) quedaron totalmente paralizados durante todo el día, excepto el metro que circuló durante cuatro horas para transportar a los manifestantes a los mítines.
En todas las industrias importantes del país, en las grandes empresas del estado, en todos los principales centro de trabajo, la participación en la huelga general fue del 80 al 100 por cien. En muchos centros de trabajo (como tiendas, empresas de servicios, oficinas) donde el número de trabajadores es pequeño y donde no existe un sindicato activo, la participación oficial, como se podía esperar, no fue tan grande. Sin embargo, muchos trabajadores de estas pequeñas empresas se negaron a ir al trabajo utilizando como excusa que no había medio de transporte o que tenían "problemas de salud". En realidad es que la mayoría de ellos participó en la huelga.
Hubo 64 manifestaciones en diferentes partes del país. Por supuesto, los mítines más importantes se celebraron en Atenas. El mayor fue el organizado por el GSEE y el ADEDY con la participación de 50-60.000 trabajadores. El otro mitin grande, convocado por el PAME, el sindicato del KKE (Partido Comunista de Grecia), contó con la participación de 20-25.000 personas.
El ambiente de los mítines era muy militante y entusiasta, el número de jóvenes era muy grande. Las consignas iban dirigidas contra el gobierno y las medidas que quieren aprobar sobre el sistema de seguridad social. Los ataques a las pensiones de los trabajadores por parte del gobierno del PASOK de Kostas Simitis en 2001, al final se quedaron sólo en un "pedazo de papel" después de una gran huelga general en aquel momento. Estas medidas del gobierno correrán la misma suerte.
Podemos decir que con la huelga general de hoy, los trabajadores griegos han retomado de nuevo la lucha de 2001, pero en una situación social y política diferente. Ahora los trabajadores han pasado por la experiencia de estos últimos siete años, cualquier ilusión que pudieran tener en el gobierno de ND se ha disipado. No tienen ninguna ilusión en los efectos que pueden tener las tasas de crecimiento económico que anuncia el gobierno. Después de todo, estos años de crecimiento anual del 4 por ciento, para ellos sólo ha supuesto una acumulación astronómica de deudas, aumento de la jornada laboral y reducción de sus ingresos debido a la inflación. Como han demostrado las recientes elecciones, y también se ve en la crisis del PASOK, los trabajadores ya comenzaban a mirar hacia la izquierda en busca de soluciones al callejón sin salida capitalista.
Han pasado tres meses desde las elecciones y el gobierno Karamanlis está en una situación muy difícil. Ya antes de la huelga general las encuestas revelaban que el 70 por ciento de la población griega no estaba de acuerdo con la política del gobierno sobre seguridad social, el 58 por ciento no estaba de acuerdo con la política económica del gobierno de ND ni tampoco con la del PASOK, incluso el 25 por ciento de los votantes de ND (que votaron a este partido hace sólo tres meses) no estaban de acuerdo con la política económica del gobierno.
El gobierno tiene una mayoría de sólo dos parlamentarios y 5 diputados de Nueva Democracia ya han dicho que no están de acuerdo con las medidas propuestas contra el sistema de seguridad social.
Esta situación explica por qué el lunes pasado el gobierno salió con una propuesta para cambiar el sistema electoral. Temen que debido a los golpes del movimiento de la clase obrera y con sólo una mayoría de dos parlamentario no consignan mantenerse mucho tiempo en el poder.
El plan original del gobierno, nada más ser reelegido, era inmediatamente atacar a la clase obrera a todos los niveles y después pasar 2-3 años para construir una sociedad a su imagen. Pero la vida real y la lucha de clases son muy diferentes de los planes cuidadosamente preparados por la burguesía. La huelga general de hoy ha hecho pedazos los planes utópicos de la burguesía. Ahora la presión social sobre este gobierno es cada vez mayor.
La "reforma de las pensiones" del gobierno supone ampliar la edad de jubilación, reducir el nivel de las pensiones, unificación de los diferentes fondos de pensiones, que en realidad es un disfraz que supone eliminar las conquistas de muchos sectores de los trabajadores. Toda esta situación ha actuado como un catalizador de una radicalización masiva en la sociedad que está situando a Grecia de nuevo en la primera línea de la lucha de clases en Europa.
La Corriente Marxista Griega representada por el periódico Marxistiki Foni (Voz Marxista) ha hecho una exitosa intervención en los dos mítines más importantes y hemos vendido cientos de periódicos. Esto demuestra que en la clase obrera hay sed de ideas socialistas y que en el próximo período los marxistas de nuevo tendrán un apoyo fuerte dentro del movimiento obrero.