Superando todas las expectativas, cientos de miles de personas salieron una vez más a las calles de las ciudades y pueblos de toda España el 19 de junio, en las manifestaciones más grandes habidas hasta la fecha desde que el movimiento se inició el 15 de mayo. Lo que comenzó como una expresión de ira general contra los políticos y banqueros, y el intento de hacer que la clase trabajadora pagase por la crisis económica, se ha convertido en un movimiento de masas que es cada vez más abiertamente político y orientado a la clase obrera.
La razón inmediata de las manifestaciones del 19J fue oponerse al Pacto del Euro, pero las marchas se convirtieron en un clamor masivo contra las medidas de austeridad impuestas por el Gobierno de Zapatero y los diferentes gobiernos regionales de la derecha.
En Madrid, los organizadores estimaron la asistencia de 160.000 personas, que se manifestaron en seis columnas diferentes desde distintos barrios de Madrid y de algunas de las ciudades obreras periféricas que rodean la capital española. Así, dos mil marcharon desde las 9 de la mañana 15 km desde la ciudad de Leganés. Pequeños grupos procedentes de los barrios comenzaron a converger entre sí como afluentes del río principal que fluía hacia el Congreso de los Diputados. Decenas de miles más fueron directamente al Congreso donde fueron recibidos por una masiva presencia policial que les impedía acercarse al mismo. El ambiente era de euforia y de alegría, pero al mismo tiempo expresaba la ira que se había ido acumulando durante mucho tiempo y que no podía encontrar ninguna expresión hasta que estalló este movimiento. (Ver Youtube: Marcha desde el Norte de Madrid para el 19j y Youtube: Vista aérea manifestación Congreso #19j ) Una crónica completa de la manifestación con videos y fotos se ha publicado en #acampadalsol.
Expresando la creciente madurez y la claridad política del movimiento, la marcha terminó con la lectura de una declaración a favor de una huelga general que fue recibida con gritos de "¡Viva la Lucha de la Clase Obrera!".
En Barcelona, los organizadores estimaron la asistencia de 250.000 personas que marcharon detrás de una pancarta con un lema claro: "Las calles son nuestras - no pagaremos por su crisis". (Ver Youtube: Multitudinaria marcha de los "indignados" en Barcelona y fotografías en kaosenlared.net)
El miércoles 15 de junio, el movimiento en Barcelona había tratado de bloquear el Parlamento catalán para evitar la aprobación de la llamada "Ley Ómnibus", que da plenos poderes al gobierno nacionalista de derecha de Convergencia i Unió (CiU) para poner en práctica recortes masivos de austeridad. Miles de personas se habían reunido desde la noche anterior y formaron barreras humanas en un intento de impedir el ingreso de los miembros del Parlamento catalán. A pesar de la clara naturaleza pacífica de este movimiento, los medios de comunicación y todos los partidos políticos utilizaron el hecho de que un pequeño número actuó de forma violenta para tratar de retratar al conjunto del movimiento como obra de un grupo extremista. El diario catalán de derecha La Vanguardia comparó las acciones de los manifestantes ¡con el intento de golpe militar de febrero de 1981 en España! El Parlamento aprobó una declaración unánime en defensa de la "democracia" y de rechazo a la "violencia" de una "minoría no representativa".
Sin embargo, conforme transcurría el día, se advirtió que en las secuencias de videos aparecían una serie de policías de civil que se habían infiltrado en la protesta y que fueron acusados por los manifestantes de haber iniciado los incidentes violentos que la policía utilizó como excusa para desatar una represión brutal. (Ver Youtube: ¿quiénes son los violentos? Subt castellano de xartigas). Después de haber sido identificados, los infiltrados policiales fueron finalmente escoltados fuera de la manifestación bajo la protección de sus colegas uniformados. Este es un truco habitual usado por la policía en todas partes, pero no suelen ser sorprendido en el acto de una manera tan evidente como ésta.
Este fue el segundo intento del gobierno nacionalista catalán de derechas de CiU de atacar y aplastar el movimiento con métodos represivos. La primera vez fue cuando intentaron desmantelar el campamento de los “Indignados” en la céntrica Plaza de Catalunya ante la celebración de la victoria del FC Barcelona en la Liga de Campeones. Habían calculado que sería fácil sacar a los cientos de personas que quedaban en el campamento después de un par de semanas, pero fracasaron totalmente, ya que miles de personas más salieron en su defensa, rodearon a la policía y la obligaron a salir de forma humillante. La brutal represión policial contra el movimiento pacífico, transmitida en vivo por televisión, tuvo el efecto de galvanizar la opinión pública a favor de los manifestantes.
Las provocaciones de la policía el 15 de junio y la campaña unánime de los políticos y los medios de comunicación contra la supuesta "violencia" del movimiento tenían el claro objetivo de reducir la simpatía del movimiento entre la opinión pública (una encuesta de opinión a principios de junio mostró que un 81% de la población sentía simpatía por el movimiento). Una vez más, fracasaron. La gente pudo ver que la reacción de los medios de comunicación y de todos los partidos políticos de comparar el movimiento con los partidarios del terrorismo, estaba completamente fuera de proporción, incluso la violencia real que había tenido lugar por parte de una minoría (escupir a los políticos, arrojarles pintura, e insultarlos verbalmente).
Después de todo, se trataba de miembros del parlamento que se van a votar recortes masivos en la educación, la salud, despidos de trabajadores del sector público, etc. Como comentaron algunos en el movimiento: esta es la verdadera violencia. La posición de los dirigentes del opositor Partido Socialista catalán fue, si cabe, aún peor que la de la gobernante CiU, al criticar a la policía por haber sido demasiado indulgente con los manifestantes. Los diputados de la izquierda moderada ICV llegaron al extremo de ¡felicitar a la policía por haber hecho posible la celebración de la sesión del Parlamento catalán! Esta fue la sesión parlamentaria que aprobó recortes masivos de austeridad en una votación conjunta de CiU y del derechista Partido Popular ¡No es una sorpresa que para mucha gente del movimiento todos los partidos sean lo mismo! Uno de los lemas más populares del movimiento lo dice claramente: "Que no nos representan". De hecho, los partidos de izquierda deberían haberse unido a la gente fuera del Parlamento y movilizado con todas sus fuerzas, de modo que no habrían participado miles en la protesta, sino cientos de miles de personas. Para mérito suyo, el pequeño Partido Comunista catalán (PSUC) se pronunció a favor de los manifestantes y contra la criminalización del movimiento.
En la manifestación de Barcelona de ayer también salieron columnas de los diferentes barrios y ciudades obreras que rodean la capital catalana, algunos saliendo tan pronto como a las 15 horas, y luego convergiendo en la avenida Vía Layetana, que estuvo llena de gente por lo menos hasta las 20.30. Al igual que en Madrid, hubo consignas a favor de una huelga general y cuando la manifestación pasó por delante de la sede de los sindicatos éstos fueron tratados con una mezcla de consignas y abucheos. Recordemos que después de la huelga general del 29 de septiembre del año pasado, los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, terminaron firmando la reforma de las pensiones con el gobierno del Partido Socialista de Zapatero.
Manifestaciones similares tuvieron lugar en todo el país, incluso en Galicia, con 8.000 en Vigo, 10.000 en Santiago de Compostela, 6.000 en La Coruña y 500 en Lugo; en Zaragoza, con más de 20.000; en el País Vasco, con 20.000 en Bilbao; en Andalucía, con 25.000 en Málaga, 20.000 en Granada, 50.000 en Sevilla, 2.000 en Jerez, y otras; 80.000 en Valencia capital y 15.000 en Alicante; 3.500 en León, 10.000 en Las Palmas en las Islas Canarias, 5.000 en Valladolid, 40.000 en Gijón en una manifestación que reunió a personas de toda Asturias; 7.000 en Santander, Cantabria; 8.000 en Logroño, La Rioja; 15.000 en Palma de Mallorca; en Cataluña también hubo miles de personas en Gerona, Lleida, Tarragona, Reus, etc, y una larga lista de otras manifestaciones que aún no han sido informadas.
Está claro que las protestas masivas de Grecia y toda la discusión del rescate griego está en las mentes de millones de personas en España. "Los mercados han reaccionado muy nerviosos", como fue señalado por los medios de comunicación burgueses, a la perspectiva de impago de Grecia, y esto ha tenido un impacto en España, donde incluso se habla de que el gobierno se verá obligado a convocar a elecciones anticipadas en el otoño si se agrava la crisis económica.
En las últimas semanas las exigencias de los empresarios y del gobierno del Partido Socialista a favor de una contrarreforma de la legislación laboral, que tiene como objetivo la destrucción de la negociación colectiva de los trabajadores, ha demostrado ser demasiado, incluso, para los dirigentes sindicales de CCOO y UGT . Éstos han abandonado las negociaciones con gobierno y empresarios y ahora convocaron a una jornada de lucha el 22 de junio. Los dirigentes sindicales están masivamente desacreditados a los ojos de sus propios afiliados y de los trabajadores en general. Este movimiento les ha tomado por sorpresa y les está sacudiendo.
Una serie de organismos sindicales (en particular CCOO de la Comunidad de Madrid) se han pronunciado abiertamente a favor del movimiento 15 de Mayo y pidieron a sus miembros que participaran en las manifestaciones de ayer, así como hicieron un llamamiento amistoso al movimiento del 15-M para que participe en las manifestaciones sindicales del 22 de junio.
Una de las características más llamativas de la situación que se ha desarrollado en España es el gran vacío de la izquierda. El programa que están defendiendo todos los partidos de izquierda y los dirigentes de los sindicatos está muy lejos del programa socialista radical que requiere la situación objetiva. Esto explica tanto por qué este movimiento ha surgido en gran medida de una manera espontánea y también las muchas ideas confusas que han prevalecido en él.
Sin embargo, las necesidades de la situación objetiva, determinadas por la profunda crisis del capitalismo español, tienen una forma de afirmarse a sí mismas y empujan a las masas a la izquierda. Los intentos de una pequeña minoría de elementos "apolíticos" intransigentes o anti-política en el movimiento (algunos de ellos de derecha, disfrazados de apolíticos) para limitarlo a un llamamiento inocuo a favor de una reforma electoral y contra la corrupción en la política puede encontrar eco en unos pocos cientos en un campamento o en una asamblea, pero cuando cientos de miles salen a las calles la situación cambia, las demandas se vuelven cada vez más claramente anticapitalistas y se reafirman los métodos de lucha de la clase obrera (en este caso, el llamamiento a una huelga general).
Las acciones del movimiento en la última semana también han cambiado, centrándose más en impedir físicamente los desalojos y embargos, con lo que las demandas sociales y económicas están saliendo a la luz. En el proceso de estas luchas, quedará cada vez más claro que no es esta o aquella reforma lo que se requiere. Las masas, por su propia experiencia de vida, están en el proceso de descubrir que es todo el sistema podrido el que falla. Lo que a los trabajadores y a la juventud en las calles les parecen exigencias razonables, son incompatibles con el sistema capitalista. Esto quiere decir que esta lucha va en una trayectoria que sólo puede llevar, en un determinado momento, a sacar conclusiones muy radicales y revolucionarias. Y lo que estamos viendo en España, a raíz de los acontecimientos ocurridos en Grecia, es el comienzo de una revolución en toda Europa.
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