En varias ocasiones en televisión y en mítines, la secretaria nacional del Partido Comunista Francés, Marie-George Buffet, ha exigido la nacionalización de los bancos, explicando la necesidad de colocarlos "bajo el control de los representantes de los asalariados”. Lo hizo, por ejemplo, durante su reciente visita en Isère, en apoyo a los trabajadores amenazados con el despido en Caterpillar y en muchas otras empresas de la zona.
La Riposte da la bienvenida esta afirmación - que figura en su propio programa - con entusiasmo, al igual que lo hará probablemente la gran mayoría de los comunistas. Los bancos capitalistas desempeñan un papel a la vez rapaz y parasitario. La reestructuración, el traslado o el cierre de empresas a menudo responden a los requisitos de los bancos. Por otra parte, después de haber cosechado enormes beneficios sobre las espaldas de los trabajadores y la economía en general, haber participado en operaciones especulativas a gran escala, los capitalistas del sector bancario se han dirigido hacia el Estado para que se haga cargo de sus deudas y les permita reanudar sus "negocios" como antes. Sin embargo, si el Estado debe pagar el déficit, también debe apropiarse de los beneficios. Pero no para participar en las mismas transacciones financieras que los banqueros capitalistas, como ocurrió con los bancos nacionalizados por Mitterrand. De ahí la importancia de la precisión aportada por Marie-George Buffet: un "control social" del sistema bancario es absolutamente necesario.
Este enfoque contrasta con el programa generalmente muy tímido que figura en los folletos y publicaciones del partido. Este programa se limita a una vaga reestructuración de la industria bancaria "pública" ya existente, sin tocar los bancos y los seguros privados. Yves Dimicoli y otros "economistas" autoproclamados - seguidos actualmente por muchos dirigentes nacionales – se han opuesto tenazmente a la idea de la nacionalización de los bancos. ¡Según ellos la colectividad debe hacerse cargo de la totalidad o parte de los intereses de los préstamos a los capitalistas que, en su búsqueda del máximo beneficio, necesitan contratar personal!
Teniendo en cuenta estas posiciones diferentes y contradictorias, no es fácil saber cuál es la posición "oficial" del partido, en esta cuestión crucial. De todos modos, invitamos a todos los comunistas a que garanticen que la nacionalización de los bancos, bajo control democrático, se coloque en un lugar destacado en los folletos y la propaganda del partido en general. Es una idea que, si se la explica bien, obtendría un amplio apoyo entre los trabajadores, los jóvenes y los jubilados de este país. En el mismo orden de ideas, deberíamos exigir la nacionalización bajo control democrático de los trabajadores, de las grandes empresas capitalistas en los demás sectores de la economía.
La Riposte
21 de febrero de 2010