Después de un largo y frío invierno, finalmente el sol comienza a brillar en Viena, en los parques los árboles comienzan a florecer y han aparecido sus primeras flores. Y la manifestación de este sábado con 15.000 personas definitivamente ha puesto fin a una situación política caracterizada sobre la superficie como una especie de paz social de cementerio.
Mientras tanto está claro para todo el mundo, y por último pero no menos importante para los supuestos "expertos económicos" de los institutos de investigación y el gobierno, que Austria no puede escapar a la crisis económica más profunda desde 1929. Las cifras oficiales demuestran que Austria ya está en recesión y parece que no hay luz al final del túnel. Todas las pretensiones del gobierno de coalición recién elegido (Partido Socialdemócrata, SPÖ, y el conservador Partido Popular, ÖVP) el pasado otoño de que el programa de rescate a los bancos (con cientos de miles de millones de euros) y los dos programas de estímulo de la recuperación económica, todo se ha evaporado.
El gobierno está planificando ahora un nuevo presupuesto con recortes del 10 por ciento en todo, algo no previsto antes por la ley. El objetivo del gobierno era mantener el déficit presupuestario en el 2,5 por ciento. Ya con esta condición previa el nuevo presupuesto se basaba en ataques severos a las condiciones laborales de los trabajadores del sector público. La cuestión más importante en la política austriaca actualmente es si los profesores deberían trabajar dos horas extras. Este es el plan del ministro de educación socialdemócrata, algo que ha provocado protestas masivas por parte de los profesores. En asambleas de masas los profesores han votado entre un 95 y 100 por cien ir a la huelga. Se han planificado acciones similares en otros sectores del funcionariado además de anunciarse recortes profundos en los ferrocarriles. Ahora el ministro de economía, Josef Pröll (que también es el líder del ÖVP) ha explicado en una entrevista que el déficit presupuestario será mayor de lo esperado. En otras palabras, más recortes en el orden del día.
Además, la industria austriaca, que está muy orientada a la exportación, está en caída libre como reconocía hace poco un portavoz oficial de Industriellevereiningung (la patronal austriaca). Especialmente la industria de componentes automovilísticos y la metalúrgica son las más afectadas. 40.000 trabajadores ya están en el "Kubarzeit", se trata de un programa financiado por el Estado mediante el cual no se despide inmediatamente a los trabajadores pero ganan un diez por ciento menos de salario. Se han reducido ya miles de puestos de trabajo. Los primeros serán los trabajadores con contrato. Un tsunami económico está golpeando a los trabajadores austriacos. Después de la conmoción inicial, ahora la crítica a los banqueros y al gobierno cada vez es más alta. Y sólo acabamos de empezar.
La única razón por la que todo parecía estar en calma hasta ahora se debía al papel de la dirección de la ÖGB (la confederación sindical austriaca). La nueva dirección del SPÖ ha vuelto a atraer a los dirigentes sindicales tras la caída de la pasada coalición de gobierno en el verano de 2008. Sólo basándose de nuevo en su ala sindical el SPÖ pudo ganar las elecciones parlamentarias. En realidad, en unas condiciones de severa crisis económica, los dirigentes del SPÖ tuvieron que ofrecer algunos ministerios a la dirección de la ÖGB para calmar al frente industrial. El anterior presidente de la ÖGB, Rudolf Hundstorfer, ahora es ministro de asuntos sociales y responsables de cuestiones como el Kurzarbeit y el desempleo.
La nueva coalición de gobierno empezó con una relación muy cómoda entre el SPÖ y el ÖVP. Los dos se comprometieron a poner fin a los "pleitos" del pasado. Juntos declararon solemnemente que dirigirían el país a través de este período difícil que tenemos ante nosotros. Esta burbuja de luna de miel sólo fue posible porque contaban con el apoyo de la dirección sindical que se mostró en la práctica cuando no estuvo dispuesta a organizar una protesta efectiva contra los despidos, cierres de fábrica y recortes.
Sin embargo, no sólo estallan las burbujas del sistema financiero. Esta luna de miles también estallará tarde o temprano. Tan pronto como la correlación real de fuerzas de clase dentro de la sociedad entren en conflicto esta coalición de colaboración de clase se romperá otra vez. Ya estamos viendo los primeros síntomas de lo que podemos esperar en el futuro próximo. Tenemos la lucha de los profesores contra la prolongación de la jornada laboral. Ahora los primeros conflictos en plantas industriales importantes por reducciones salariales. Los empresarios han exigido el retraso de la negociación salarial en el sector químico, papel e industrias electrónicas para evitar tener que dar aumentos salariales en el próximo período.
Todo esto ha iniciado un proceso de radicalización dentro de los sindicatos. Y tendrá un efecto también en el frente político. En este período tenemos las elecciones a la Cámara del Trabajo que está dominada por los socialdemócratas. Los primeros resultados son una clara advertencia para el SPÖ. Las pérdidas de la fracción socialdemócrata dentro de la cámara son muy duras. En las regiones industriales del Alto Austria han perdido más del 8 por ciento de los votos. Esta situación provocará debates dentro de los sindicatos sobre si deben estrechar más sus lazos con el gobierno. Veremos una clara polarización entre sectores más combativos del movimiento y aquellos que quieren seguir la línea del gobierno.
Las próximas elecciones al parlamento europeo y parlamentos regionales probablemente significarán más derrotas para el SPÖ. Esto desestabilizará todo el gobierno porque la base del SPÖ, y especialmente los sindicalistas, comenzarán a rebelarse contra la relación de los dirigentes del partido con los conservadores.
La manifestación del 28 de marzo
Este es el contexto económico y político de la manifestación del 28 de marzo organizada bajo la consigna: "no pagaremos vuestra crisis". La corriente marxista Der Funke ya planteó la necesidad de esta manifestación en octubre de 2008. Fuimos los primeros en plantear la consigna: "no paguermos vuestra crisis", con el argumento, si se hace una conclusión lógica, de que eso significa hacer del capitalismo historia. Alrededor de esta consigna hemos organizado huelgas de estudiantes contra la crisis y en solidaridad con los profesores y su lucha contra la prolongación de la jornada laboral. En Vorarlberg más de 1.000 estudiantes participaron en una manifestación muy combativa. El 2 de abril habrá huelgas de estudiantes en Linz y Viena.
Hemos defendido constantemente nuestra idea de que Austria se verá afectada por la crisis y que, por tanto, también debe formar parte del Die Presse, los llamamientos internacionales a la "revuelta social". Durante meses ninguna fuerza relevante en la izquierda ha estado dispuesta a apoyar esta idea. El pesimismo ha dominado la mayoría de los círculos de izquierda. Sólo cuando el Foro Social Mundial decidió convocar un día internacional de acción el 28 de marzo, la ATTAC también tomó la iniciativa de esa manifestación convocando un acto para organizar la primera protesta contra la crisis. La ÖGB incluso llegó a enviar una carta a la ATTAC diciendo que no apoyarían la manifestación, añadiendo que si la desconvocaban y organizaban protestas más "creativa" reconsiderarían toda la cuestión. Era un intento claro de acabar con el proyecto. ATTAC realmente estaba dispuesta a llegar a un acuerdo con la ÖGB pero la aplastante mayoría de las otras organizaciones votaron a favor de la manifestación.
En menos de un mes se forjó una impresionante alianza para movilizar el 28 de marzo. Al final, más de 200 organizaciones firmaron el llamamiento. Los delegados sindicales marxistas lanzaron una iniciativa dentro de los sindicatos para conseguir apoyo para la manifestación. Al principio la burocracia intentó evitarlo. Sólo en las últimas dos semanas cambiaron las tornas. El GPA-djp (impresores, trabajadores de cuello blanco, periodistas) y después el VIDA (ferroviarios y trabajadores de turismo) apoyaron la manifestación. Y el 27 de marzo la ÖGB, a través de su web, finalmente tuvo que dar su apoyo a la manifestación. Imaginamos que hubo debates muy duros dentro de los sindicatos sobre esta cuestión y finalmente la burocracia tuvo que ceder. Es obvio que muchos delegados sindicales y activistas apoyaban la manifestación y han presionado a sus dirigentes. Sin embargo, los dirigentes sindicales hicieron todo lo posible para minimizar la manifestación.
Der Funke puso todo su empeño y recursos en la movilización del 28 de marzo. No apoyamos el llamamiento oficial escrito por ATTAC debido a su línea claramente reformista, publicamos nuestros propios panfletos y carteles con un programa socialista claro. Nuestros compañeros distribuyeron unos 15.000 panfletos, 3.000 pegatinas y 1.500 carteles en fábricas importantes, centros de trabajo, universidades, escuelas y lugares públicos. Además jugamos un papel importante en movilizar sectores de las Juventudes Socialistas y varios sindicalistas.
El bloque de Der Funke en la manifestación
Este trabajo tuvo su recompensa. La manifestación fue un gran éxito. 15.000 personas salieron a las calles para mostrar su protesta de una manera muy creativa. Varias delegaciones sindicales, las Juventudes Socialistas con un cortejo importante, ATTAC, organizaciones obreras católicas, universitarios, organizaciones de trabajadores inmigrantes, todos se unieron a la protesta. En el bloque de la corriente marxista había delegados sindicales y sindicalistas (servicio postal, trabajadores sociales y sanitarios, profesores), junto con estudiantes de secundaria, universitarios y las Juventudes Socialistas. Con nuestras consignas gritadas muy alto y una presencia visible que se convirtió en un punto de atracción para muchas personas.
Al final de la manifestación frente al parlamento, Christian Kenndler, conocido activista sindical, trabajador de correos, delegado sindical y seguidor activo de la corriente marxista, fue uno de los principales oradores. En su intervención destacó la situación en el servicio postal donde la dirección quiere hacer recortes y despedir a 300 carteros. Dejó muy claro el papel de los sindicatos en la preparación de las luchas futuras. Dijo que los trabajadores no pueden dejar sus sindicatos a las cúpulas sindicales. Los trabajadores sólo pueden frenar los ataques a sus condiciones laborales y niveles de vida si transforman los sindicatos en organizaciones de lucha y democráticas. Dijo claramente que "hoy podría haber habido decenas de miles de personas más si la ÖGB hubiese movilizado toda su fuerza". Terminó su discurso haciendo un llamamiento a los manifestantes a luchar por el socialismo.
Esta manifestación sin duda es un gran paso adelante para la construcción un movimiento anticapitalista fuerte. La alianza forjada para el 28 de marzo continuará. Esta manifestación no será la última. En el futuro habrá más acciones de protestas donde los sindicatos tendrán que movilizar todas sus fuerzas. Los marxistas concentrarán sus fuerzas en construir fuertes lazos con los institutos, universidades, centros de trabajo y organizaciones del movimiento obrero, comenzando con los sindicatos. El 28 de marzo será visto como un punto de inflexión para la izquierda y el movimiento obrero austriaco en general. La Corriente Marxista emergerá de este movimiento mucho más fortalecida y eso es esencial para detener la ofensiva patronal.
Fuente: El Militante