Hay muchas personas sinceras en occidente que se orientan hacia la campaña BDS (Boicot, Desinversión Sanciones) como una manera ‘práctica’ de mostrar solidaridad con Palestina. BDS exige el aislamiento cultural y económico de Israel para atacar los bolsillos de los sionistas. Sus activistas suelen usar el ejemplo del régimen racista del Apartheid en Sudáfrica, el cual, ellos dicen, fue derrocado en gran parte por las sanciones y la presión por parte de la ‘comunidad internacional’. Pero, ¿es realmente el caso?