Analisis

La crisis sanitaria generada por la epidemia del coronavirus COVID-19 ha puesto el planeta patas arriba y alterado la vida cotidiana de cientos de millones de personas, particularmente en los países capitalistas desarrollados y China, origen de la infección. Cierre de extensas áreas geográficas y de ciudades, suspensión de clases en todos los niveles de la enseñanza, limitaciones a la actividad laboral en numerosos sectores, prohibición gubernativa de reuniones masivas y de manifestaciones, reducción significativa de la vida social y cultural, entre otras, son las consecuencias de una epidemia que afecta a más de 130.000 personas en todo el mundo y que ha dejado hasta el momento cerca

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Este 8 de marzo una nueva marcha histórica ha colmado las calles de Chile en el contexto del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Según las organizadoras, alrededor de 2 millones marcharon sólo en Santiago, y la cifra a nivel nacional alcanza los 3,5 millones de personas. Dos jornadas de “Huelga General Feminista” fueron convocadas para este 8 y 9 de marzo, por la Coordinadora Feminista 8M. El llamado es en particular contra el Terrorismo de Estado. Las mujeres están en la primera línea de la rebelión iniciada en octubre, tanto físicamente como avanzando demandas, por los derechos sociales, y contra la violencia y la impunidad.

En el día 9 de marzo, compañeras y compañeros de la Corriente Socialista militante participamos en las marchas y paros en conmemoración al día Internacional de la mujer trabajadora, estuvimos siguiendo las movilizaciones en CABA y en Rosario. En ambos lugares las marchas fueron multitudinarias, sólo en Rosario se reunieron más de 50 mil personas entre mujeres, hombres y jóvenes, mezclados en partidos políticos, agrupaciones feministas y sindicatos, que marcharon hasta el monumento a la Bandera.

Más de ciento cincuenta mil mujeres y hombres marchamos en las calles de la Ciudad de México, nos dimos cita en el Monumento a la Revolución, que no fue capaz de albergar a los que salimos a manifestarnos rumbo al Zócalo de la Ciudad de México, la rabia, la indignación se hizo presente, la manifestación se replicó por todo el país, no es casual, la ola de violencia y feminicidios es grotesca.

La violencia hacia la mujer en México es la máxima expresión de la decadencia del sistema capitalista. La esclavitud asalariada bajo el actual sistema se recrudece para nosotras las mujeres, si el capitalismo representa sumisión, explotación y violencia para la clase trabajadora en general, para nosotras las mujeres y trabajadoras el peso de nuestras cadenas se duplica.

Alma Chavarría Farel, tenía 13 años cuando fue asesinada después de haber sido violada. Eso ocurrió el 23 de enero de 1993; fue el primer caso de feminicidio documentado.

Sara Abigail Salinas Sandoval fue una mujer proletaria, cuidaba su salud, era muy activa y metódica, hacia deporte y especialmente disfrutaba salir a rodar con grupos de ciclistas para recorrer largas distancias en carretera. Era una chica a la que le era sencillo simpatizar con las personas, se hizo de amistades de los más diversos círculos sociales. Sus planes eran salir adelante, poner un negocio (un café) y continuar sus estudios. Fue alumna de la carrera de Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Tenía talento para tocar el piano, lo hacía de manera empírica, y le gustaba tomar fotografías, cosa que hacía muy bien.

El día viernes 28 de febrero, los camaradas Alfredo Chirinos, Gerente de Operaciones Especiales de PDVSA, y su compañera, Aryenis Torrealba, Gerente de Operaciones de Crudo de PDVSA, fueron detenidos por cuerpos de inteligencia del Estado en la sede administrativa de la empresa en Caracas. Aún no se sabe de su paradero. No se les ha permitido comunicarse con familiares, ni contar con un abogado durante el proceso.

El siguiente artículo, publicado originalmente el 26 de febrero por Sinistra classe rivoluzione, critica la respuesta del gobierno italiano a la epidemia de coronavirus. En lugar de informar al público y proteger la salud pública, el gobierno ha creado un pánico innecesario, promulgado medidas ineficientes y suprimido los derechos de huelga y de reunión pública.

El último brote de coronavirus ha causado la mayor ola de pérdidas en las bolsas mundiales desde 2008, eliminando 5 billones de dólares de los valores de las acciones en todo el mundo. A los mercados les preocupa que el virus tenga un grave impacto en una economía mundial ya débil. Estos temores no son infundados.

Luego de que les fuera negado el acceso a sus puestos de trabajo, haber sido acusados por supuesta violencia género, y recibir una solicitud de calificación de despido, los dirigentes sindicales de Fogade padecen en carne propia la política antiobrera y antisindical que el gobierno de Maduro aplica de forma despiadada, sobretodo en las instituciones públicas. Tras haber podido acceder a sus respectivos expedientes, con retardo injustificado de la Inspectoría del Trabajo para su entrega, los compañeros trabajadores William Prieto, Secretario General de Sutrabfogade y dirigente de Lucha de Clases, y William Guzmán, Delegado de Prevención, pudieron enterarse que aunado a las demandas de

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Para los marxistas, estudiar la historia no es un ejercicio académico. Estudiamos el pasado para comprender mejor el presente y para prepararnos para las batallas de nuestra clase en el futuro. Cada nación tiene su historia y tradiciones, sus métodos y ritmos particulares de la lucha de clases—incluso los EE.UU.

La situación de acoso laboral, persecución a los derechos sindicales y ahora calificación de despido que afrontan los delegados sindicales de Fogade, ha recibido la atención y seguimiento de numerosos dirigentes y lideres obreros de varios países del mundo:

El pasado 9 de febrero, Bukele militarizó el parlamento. Días antes, llamó a la insurrección del pueblo haciendo uso del artículo 87 de la Constitución que da la potestad al pueblo de insurreccionarse cuando el orden constitucional se ha interrumpido. Estas acciones marcan un hito en la historia contemporánea del país, desde los Acuerdos de Paz ningún gobierno había hecho uso de la fuerza para conseguir reformas o préstamos para financiar políticas.