Ya en mayo y junio de este año 40.000 estudiantes fueron a la huelga en toda Alemania. Como resultado de las huelgas de primavera, la canciller Ángela Merkel prometió una cumbre educativa y mejoras. Esta cumbre se celebró el 22 de octubre. No invitaron a ningún estudiante y la reunión terminó sin resultados concretos. También como consecuencia de las huelgas de primavera se formaron comités de estudiantes en distintas ciudades y una alianza nacional de estudiantes, responsable de coordinar las futuras acciones. La alianza se reunió por primera vez en Berlín hace un mes, se puso a cargo de la planificación y coordinación de la acción huelguística en diferentes ciudades y abrieron una página web para extender lo máximo posible el llamamiento a la huelga. También buscaron la colaboración de los sindicatos, partidos políticos y diferentes ONGs, muchos de ellos inmediatamente se solidarizaron.
El miércoles, 8.000 estudiantes salieron a las calles de Berlín, otros 8.000 tanto en Hamburgo como en Stuttgart, 10.000 en Braunschweig; 7.000 en Bremen; 5.000 en Rostock; 4.500 en Kiel; 4.000 en Oldenburgo y 2.000 en Munich. 10.000 participaron en las manifestaciones de Hessen, Kassel, Frankfurt y Gießen. Hubo muchas otras manifestaciones con cientos de participantes en muchas otras ciudades. Esta participación superó las expectativas de los organizadores. El elevado resultado es aún más impresionante si se tiene en cuenta que en muchos casos los estudiantes sufrieron intimidación, hubo amenazas de los directores de suspensos e incluso expulsiones de los institutos. El Ministerio de Educación anunció que apuntaría qué estudiantes iban a la huelga. Pero estos intentos escandalosos de intimidación no impidieron que decenas de miles lucharan por sus derechos.
Los huelguistas exigían educación gratuita para todos; no a las tasas universitarias y en enseñanza media; reducción del número de estudiantes por aula; contratación de profesores suficientes como primer paso para limitar el número de alumnos por aula a 20; no a puntuar el comportamiento y la "cooperación" durante las clases en las notas; no a la privatización ni patrocinio privado del sistema educativo.
También defendían la retirada del "examen de enseñanza media después de 12 años" en los estados que han introducido esta regulación. En el pasado, los estudiantes acababan la escuela con 13 años. La nueva regulación impone que el mismo programa de estudios se debe hacer en un período de tiempo más corto, eso significa más tensión para los estudiantes, y también para los profesores. Incluso los padres se quejan de esta situación, dicen que comienzan a estar cansados de que el único tema de conversación en la familia sea el incremento de las tareas escolares. Los estudiantes también se oponen al sistema que proporciona una buena educación sólo para una pequeña elite mientras empeora la calidad educativa para la mayoría. Por eso se pide la supresión del sistema educativo de tercer grado de secundaria y la implantación de un sistema educativo entendible. En la actualidad los estudiantes están divididos en tres niveles diferentes.
La situación en algunas escuelas es espantosa. Un estudiante del Primo Levi Gymnasium en Berlín dijo que debía pagar de su bolsillo el mantenimiento y la pintura de la clase, incluso ir a las tiendas para poder adquirir él mismo el material necesario. Algunos estudiantes ya han tenido que pagar por fotocopiar el material de estudio. Otro estudiante de Brandemburgo explicó que debido a la escasez de profesores no sólo muchas lecciones, sino incluso asignaturas enteras se habían suprimido, lo que había llevado a que los estudiantes no tuvieran nota suficiente en ciertas asignaturas en las notas de final de curso. Algunos profesores aún en período de formación deben aceptar un trabajo de profesores totalmente cualificados, lo que les supone mucha tensión porque además les deja solos a la hora de evaluar y corregir.
El gobierno está reduciendo millones de euros de los fondos universitarios y como resultado de esta situación algunas universidades están al borde de la bancarrota. En Berlín han reducido las ayudas en 75 millones de euros. Esto supone eliminar 10.000 plazas universitarias y 200 profesores en las tres universidades de la capital. Según Andreas Keller del sindicato de educación y ciencia (GEW), las universidades necesitan 3.700 millones de euros más cada año para garantizar una enseñanza de buena calidad. El gobierno no está dispuesto a dar más fondos. En cambio, el Kultusministerkonferenz (un organismo independiente financiado en gran parte por el Deutsche Bank, Daimler, Bosch y otras empresas) está organizando un concurso en el que universidades e institutos competirán entre sí por un premio de 10 millones de euros. Pero sólo es la punta del iceberg.
En este contexto no es sorprendente que los estudiantes y profesores hayan llegado al límite de lo que pueden soportar. En algunas ciudades las manifestaciones del miércoles tuvieron un carácter muy radical. En Hannover los estudiantes sobrepasaron la zona de prohibición frente al Landtag (asamblea legislativa local del estado alemán). En Erfurt los estudiantes ocuparon la sede de la autoridad educativa y exigieron que no se emprendiera ninguna acción disciplinaria contra los estudiantes en huelga, mientras que en Oldenburgo ocuparon un instituto. En Berlín cientos de estudiantes ocuparon simbólicamente la universidad de Humboldt durante media hora. Ocuparon la sala principal y ondearon desde los balcones banderas rojas.
Como vimos en España e Italia, muchos estudiantes han visto cómo el gobierno alemán recorta gastos del sistema educativo mientras al mismo tiempo no vacila ni un momento en regalar más de 500.000 millones de euros a los bancos procedentes del dinero de los contribuyentes. Muchos llevaban pancartas con consignas como: "Educación y no bancos" y "miles de millones para los bancos y recortes para la educación". Muchos jóvenes comienzan a sacar las conclusiones necesarias sobre cómo funciona el sistema capitalista: no para los millones que están dispuestos a aprender y formarse, sino para los beneficios de unas pocas empresas que intentan explicar cada uno de los rincones de la sociedad para satisfacer su codicia de dinero.
En muchas ciudades los profesores se unieron a las protestas. La situación miserable del sistema educativo también les afecta y muchos de ellos podrían perder sus empleos en el futuro próximo o caer enfermos debido al aumento de las presiones, algunos de ellos trabajaban jornadas laborales superiores a las 60 horas semanales. Según algunos informes en varios institutos los profesores cogieron a sus estudiantes y fueron juntos a la manifestación, como ocurrió por ejemplo en el Beethoven-Gymnasium en Berlín-Steglitz. Habrían participado más profesores si no les hubiesen amenazado con sanciones disciplinarias.
La solidaridad con los profesores y otros trabajadores es también la única manera en la que puede triunfar el movimiento estudiantil. Por lo tanto, una señal importante es que el Sindicato de Educación y Ciencia (GEW) oficialmente apoyara la huelga de estudiantes, como ya hemos dicho antes, la alianza de estudiantes buscó la colaboración con los sindicatos. El movimiento estudiantil debe unir sus fuerzas con otras capas de la sociedad para una lucha conjunta contra el empeoramiento de la situación, no sólo en el sistema educativo, sino en todos los sectores de la sociedad. El lunes, por ejemplo, 10.000 trabajadores del sector público en Berlín participaron en una huelga para exigir un aumento salarial, en ella participaron muchos profesores. Para tener un impacto mayor en el futuro, la alianza estudiantil y los sindicatos deberían trabajar juntos y planificar las protestas el mismo día.
Algunos representantes de la alianza de estudiantes piensan que sólo con esta huelga no se conseguirá un cambio inmediato de la política del gobierno, pero piensan que ha tenido un efecto en los institutos. Ya hay distintos comités trabajando juntos para futuras acciones.
Sin embargo, podemos incluso ir más allá. Como estudiantes nos enfrentamos al mismo problema en un país tras otro: privatización del sistema educativo y un deterioro de la calidad educativa, así que debemos ir más allá y unir las distintas luchas en los diferentes países para movilizar a los estudiantes y profesores a nivel europeo un mismo día. Este año se celebra el cuarenta aniversario del movimiento de Mayo de 1968 que fue un ejemplo inspirador. Pero en las condiciones actuales podemos enfrentarnos no en un futuro demasiado lejano a movilizaciones de los jóvenes y trabajadores a una escala aún mayor, en toda Europa e incluso a nivel mundial.
El proceso de "globalización" no sólo ha llevado a la integración de todos los países en un sistema capitalista global. También ha globalizado la lucha de clases. En el último período hemos tenido grandes movimientos de estudiantes en muchos países europeos, como Italia, Grecia y España. Ahora esta situación afecta a Alemania. Este movimiento de la juventud es un anticipo de lo que está por venir. Es una prueba de un profundo malestar y descontento dentro de la sociedad, que estallará en una nueva oleada de la lucha de clases en Europa y más allá.
Source: El Militante