En el último minuto, cuando parecía que una ruptura era inevitable, el gobierno griego hizo una nueva propuesta que incluía concesiones sustanciales adicionales a las demandas de los banqueros y capitalistas de Europa. No es sólo que el gobierno de Syriza se haya visto obligado a abandonar los puntos sustanciales de su propio programa electoral, sino que incluso se han cruzado las famosas "líneas rojas" que ellos mismos se habían fijado.
Esto no es lo que normalmente se entendería como una "negociación", en la que ambas partes terminan encontrándose en un punto medio. Por el contrario, el gobierno de Syriza se ha visto obligado a aceptar y a estar de acuerdo con todas las exigencias de la troika. La última propuesta griega asciende a 8 mil millones de euros el valor de las medidas de austeridad para los próximos 2 años.
La mayoría de estos se corresponden a aumentos del IVA para diferentes productos y servicios. Esto sumaría 2 mil millones de euros e incluye el fin de la exención del IVA especial para las islas griegas –a lo que es probable que se oponga el socio del gobierno de Syriza, ANEL (Griegos Independientes). El IVA, por supuesto, es un impuesto regresivo, que afecta más duramente a los trabajadores.
Unos 1.500 millones adicionales se conseguirían a través de recortes en las pensiones. Estos no son recortes directos en la cantidad que reciben los pensionistas, sino que se plantean como subidas, entre otras, en las contribuciones de los pensionistas a los gastos de sanidad. Habrá también una eliminación gradual de los planes de jubilación anticipada y el aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años para el 2025. Esto rompe otra de las "líneas rojas" que el gobierno se impuso a sí mismo, y se produce después de los recortes en las pensiones de hasta el 48% en los últimos 4 años.
Otro 410 millones serán conseguidos a través de un aumento en el impuesto de sociedades del próximo año, así como un impuesto a las ganancias de 1.400 millones por una sola vez para las empresas con beneficios de más de 500.000 euros. Estas son las únicas medidas tributarias realmente progresistas en todo el paquete.
Otros aspectos de la propuesta, que ya fueron incluidos en el documento presentado por Varoufakis a la troika la semana pasada, son el mantenimiento del regresivo impuesto a la propiedad (ENFIA) introducido en el marco del Memorándum, así como la continuación del programa de privatizaciones. El fin de las privatizaciones y la abolición inmediata del ENFIA eran dos puntos clave del programa de Salónica con el que Syriza se presentó a las elecciones.
Cinco meses después, queda muy poco del mandato popular que Syriza obtuvo el 25 de enero para poner fin a las políticas de austeridad y a los Memorandos suscritos por los gobiernos anteriores. Podría estar justificado preguntarse, incluso desde el punto de vista de los partidarios de las tácticas de negociación del gobierno, si valía la pena esperar todo este tiempo para terminar cumpliendo al final las exigencias de la troika.
¿Qué hay del informe del Comité de Auditoría oficial sobre la Deuda Pública, que fue presentado la semana pasada por la presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulo, que declaró la deuda pública de Grecia como "odiosa, ilegítima e ilegal"?
El informe fue muy claro en sus conclusiones: "Toda la evidencia que presentamos en este informe muestra que Grecia no sólo no tiene la capacidad de pagar esta deuda, sino que no debe pagarla primero y por encima de todo porque la deuda que emerge de la arreglos de la Troika es una violación directa de los derechos humanos fundamentales de los habitantes de Grecia. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que Grecia no debería pagar esta deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa" (Enlace). Ahora el gobierno se ha comprometido a impulsar medidas de austeridad con el fin de continuar con el pago de esta misma deuda.
No sólo esto, sino que como muchos observadores han comentado, se trata de un paquete de austeridad que golpeará aún más a una economía ya maltratada, con unos objetivos de superávits fiscales primarios (antes del pago de la deuda) del 1,51% del PIB este año y del 2,87% el año que viene (que en realidad es un poco más que el 1,5 y el 2,5% exigido por "las instituciones", como la troika es ahora conocida). Esto tendrá un impacto recesivo severo en la ya frágil economía griega, que a su vez es probable que le impida alcanzar los objetivos acordados de superávit presupuestario primario. Esto es un desastre absoluto y la continuación de las políticas fallidas de los últimos 5 años.
Incluso a pesar de todas las concesiones que la troika ha extraído del gobierno griego con extrema presión y chantaje, el acuerdo no está cerrado. Una nueva reunión del Eurogrupo se ha convocado para el miércoles por la noche para limar los últimos detalles. Todavía es posible que vayan a exigir incluso compromisos más detallados (leer concesiones) por parte del gobierno griego. Incluso esta mañana, el Vice-canciller alemán Sigmar Gabriel declaró: "Vamos a ver si las propuestas griegas son suficientes. Si no, vamos a tener que seguir hablando".
El acuerdo o propuesta de acuerdo, significa que Grecia sigue atada a las cadenas de la austeridad y de los recortes. La pregunta ahora es, ¿cómo reaccionará la sociedad a esto? Las grandes expectativas creadas con la elección de Syriza han estado disipándose progresivamente en los últimos cinco meses de negociaciones interminables con la troika donde en cada ocasión se terminaba cediendo a mayores concesiones y demandas de su parte.
Ya hay informes de la oposición de jubilados que han convocado una manifestación en contra del acuerdo esta tarde, así como del frente sindical comunista PAME. También hay oposición desde dentro de Syriza. Los partidarios de la Plataforma de Izquierdas en el gobierno ahora se enfrentan a una dura elección: oponerse a estas medidas y ser expulsados del gabinete, o ceder y dar marcha atrás en su promesa anterior de no votar a favor de la austeridad.
Hay informes de los medios de que, incluso antes de las últimas concesiones, un destacado miembro de la dirección de Syriza, Vassilis Chatzilamprou, quien hasta hace poco era miembro de la fracción mayoritaria que apoya a Tsipras, dijo: "No podemos aceptar medidas estrictas y recesivas. La gente ya ha llegado al límite".
El miembro del Comité Central, Stathis Kouvelakis, de la Plataforma de Izquierdas, comentó: "La lista de medidas del nuevo plan de austeridad propuesto por el gobierno de Syriza es absolutamente deprimente ... ¡Hay que detener esta espiral descendente antes de que sea demasiado tarde! ¡Ya es hora de que los movimientos sociales y las fuerzas combativas de la izquierda despierten y luchen!"
La Tendencia Comunista ha descrito correctamente la última oferta griega como un nuevo "Memorando" e instó a "los miembros del Parlamento, cuadros y miembros de SYRIZA y del resto de tendencias y grupos a tomar una posición clara y a resistir la violación flagrante del mandato popular del gobierno y de la dirección del partido. Los diputados del partido deben comprometerse a votar en contra del acuerdo de Memorándum". (Enlace)
En la actualidad se habla de que la Unión Europea proporcionará a Grecia 35 mil millones de euros en programas de ayuda, tal vez con el objetivo de suavizar el golpe y ayudar al gobierno a conseguir que estas medidas sean aprobadas en el parlamento griego.
La verdad es que esta claudicación es el resultado de la incesante presión impuesta sobre el gobierno griego en los últimos 5 meses por la troika, los representantes de los banqueros y capitalistas,. Se ha utilizado todo tipo de chantajes, amenazas, retención de fondos y tácticas sucias con el fin de obligar al gobierno griego a capitular ante sus demandas. Syriza fue elegida sobre la base de un programa que pusiera fin a la austeridad y a los Memorandos, pero los capitalistas europeos no podían permitir que lo pusiera en práctica.
En realidad, lo que esto significa es que dentro de los límites del capitalismo, hay muy poco espacio para la aplicación de cualquier otra política, aparte de recortes y austeridad. Desde el principio, la Tendencia Comunista de Syriza advirtió que el programa de Salónica se basaba en la idea falsa de que la troika estaría de acuerdo en hacer concesiones sustanciales. Ahora esto ha demostrado ser una evaluación correcta.
Se requiere un cambio brusco de rumbo, y esto sólo puede venir de la movilización masiva de los trabajadores griegos, de los que votaron a Syriza, junto con los miembros y activistas de Syriza contra este último acuerdo impuesto por la troika.
Pero hay que hablar con claridad y honestidad. Las condiciones para esta movilización son ahora mucho peores que hace cinco meses. En ese momento el gobierno podía contar con índices de apoyo popular de hasta un 80% y hubo manifestaciones espontáneas masivas. Ahora hay un estado de ánimo de shock, ira y confusión. El apoyo al gobierno se ha evaporado lentamente y ha habido incluso manifestaciones importantes contra el gobierno en la plaza Syntagma en los últimos días, algo que hubiera sido impensable antes.
En realidad, la única manera de movilizar efectivamente a los trabajadores griegos, a los pensionistas, los jóvenes, y los desempleados, es ofrecer una alternativa clara a las políticas de austeridad. Eso sólo puede hacerse sobre la base de un programa que incluya el repudio inmediato de la deuda, la nacionalización de los bancos y las palancas fundamentales de la economía, la reversión de todas las medidas de austeridad, y un programa de choque de emergencia social en materia de vivienda, salud, educación y de otras necesidades básicas –un programa socialista.
Lo que la experiencia de Grecia en los últimos cinco meses demuestra es que si se acepta la lógica del capitalismo, entonces eso es una pendiente resbaladiza hacia la aplicación de políticas de austeridad que hace que sean los trabajadores quienes paguen la crisis del capitalismo. La única manera de romper con la austeridad y los recortes, de poner fin a los memorandos, es romper con el capitalismo.