Las elecciones municipales y autonómicas celebradas ayer en España se han saldado con una gran victoria de la izquierda y una dura derrota de la derecha. Hay que destacar el extraordinario resultado de las candidaturas de unidad popular, impulsadas entre otras fuerzas por PODEMOS, que quedaron como primera fuerza de la izquierda en las 2 principales ciudades del país: Madrid (con Ahora Madrid) y Barcelona (con Barcelona en Comú); y también en Zaragoza (con Zaragoza en Común), la quinta ciudad más importante de España.
En Valencia, la tercera ciudad del país, otro partido situado a la izquierda del PSOE, Compromís (cuyo contingente principal proviene de una antigua escisión de Izquierda Unida en el País Valenciano), también fue la fuerza de izquierda más votada. Estas fuerzas deberían alzarse con las alcaldías de estas cuatro ciudades, gobernadas hasta ahora por la derecha, si como es probable, reciben el apoyo del PSOE y de otras fuerzas de izquierda con representación en estos ayuntamientos.
La alegría de millones de trabajadores, jóvenes, parados, y jubilados no se hizo esperar y brotó con la celebración por decenas de miles en las calles de las principales ciudades del país cuando se conocieron los primeros resultados.
Particular importancia tiene la victoria de Barcelona en Comú en Barcelona, con 11 concejales, a cuya cabeza se sitúa la gran luchadora social, Ada Colau. En Madrid, la candidatura de Ahora Madrid, encabezada por Manuela Carmena, se quedó a un concejal de vencer al PP, 20 frente a 21.
Estas candidaturas, levantadas con la simple voluntad de miles de activistas sociales durante meses, en incontables debates y reuniones, sin medios ni apenas aparato, expresan la voluntad de cientos de miles que han roto con el sistema y sus partidos, y desean tomar su destino en sus manos.
La izquierda ganó en 28 capitales de provincia (incluidas 7 de las 10 ciudades más importantes del Estado), el PP en 17, y diversas fuerzas nacionalistas de Catalunya, Navarra, Euskadi, Galicia y Canarias, en las 7 restantes. En 9 capìtales de provincia (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz, Oviedo, Coruña, Ourense y Zamora) son las candidaturas impulsadas por PODEMOS, IU y otros movimientos sociales, las fuerzas hegemónicas de la izquierda.
Hay que resaltar que ciudades como Madrid, Valencia, Oviedo, Huelva, Valladolid, Castellón, o Alicante llevaban 20 años o más en manos de la derecha.
Estos resultados extraordinarios no pueden explicarse sin la extraordinaria movilización que ha arrastrado a cientos de miles en la campaña electoral más intensa, militante, apasionada y emotiva en años, ejemplificadas en los mítines y reuniones de masas como los organizados por Barcelona en Comú y candidaturas similares en Catalunya; y los de PODEMOS y sus candidaturas municipales afines en toda la geografía del Estado con discursos radicales y entusiastas, con un elevado contenido de clase. Baste el ejemplo de una de las intervenciones más brillantes del compañero Pablo Iglesias en el extarordinario mitin de Zaragoza, días atrás, y que exponemos aquí debajo.
Llamativamente, el PP no consiguió mayoría absoluta en ninguna de las 17 capitales de provincia donde venció a la izquierda, dependiendo del apoyo de CIUDADANOS para conseguir la alcaldía, lo cual no está garantizado en todas ellas, dado que CIUDADANOS se arriesga a perder toda credibilidad debido al profundo desprestigio del PP en amplias zonas del país.
En lo que respecta a las elecciones autonómicas celebradas en 13 regiones del Estado, la izquierda ganó en 6 de ellas: Asturias, Extremadura, País Valenciano, Baleares, Castilla y La Mancha, y Aragón. Las 4 últimas, en poder del PP hasta ahora. El PP ganó en otras 5 (Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla y León, Cantabria y La Rioja) y fuerzas nacionalistas lo hicieron en Navarra y Canarias. Hay que resaltar el dato doloroso de la Comunidad de Madrid, donde la izquierda quedó a un escaño de conseguir la mayoría absoluta. Eso se debió a la división del voto de la izquierda, ya que aunque ésta consiguió una mayoría de votos, al no haber conseguido Izquierda Unida representación parlamentaria (obtuvo el 4,15% de los votos) la ley electoral favoreció a los partidos de la derecha.
Como en las 17 capitales de provincia donde consiguió vencer a la izquierda, el PP no ha conseguido mayoría absoluta en ninguna de estas 5 comunidades, necesitando el apoyo de CIUDADANOS para formar gobierno. E igualmente, está por ver que CIUDADANOS le preste apoyo parlamentario en todas ellas, a sabiendas de que va a quedar señalado como la muleta del odiado PP en estas zonas del Estado.
En otro orden de cosas, también es llamativo que, con la excepción de las elecciones europeas del año pasado, PP y PSOE hayan sacado el peor porcentaje de votos en décadas, 27% y 25%, respectivamente; muy por debajo de las elecciones municipales y regionales del 2011. El mismo CIUDADANOS, presentado como el partido de moda por la Establishment para apuntalar el voto de la derecha ante la decadencia del PP, apenas consiguió el 6,5% de los votos en las elecciones municipales, frente al 16% obtenido por las candidaturas municipales impulsadas por PODEMOS y otros movimientos sociales en todo el Estado, pese a las limitaciones y dificultades organizativas, logísticas y de tiempo con que fueron lanzados en un tiempo récord en apenas dos meses.
Hay otras conclusiones que se derivan de estas elecciones en relación a PODEMOS, CIUDADANOS, Izquierda Unida, la cuestión nacional catalana, vasca y navarra, y las perspectivas para las elecciones generales de noviembre, que son importantes a tratar y desarrollar, pero que expondremos en nuestro balance detallado de mañana y que completarán este informe preliminar.
Lo importante a resaltar es que estas elecciones marcan el declive imparable del actual gobierno del PP. Pese a que la participación electoral fue baja, un 65%, mostró el profundo malestar y rabia acumulados de la clase trabajadora en todo el Estado. La burguesía recibe un duro golpe. Sus partidos (PP y CIUDADANOS) salen debilitados y expuestos a un desprestigio mayor. Los dirigentes del PSOE, que ha desplegado un nivel de demagogia insuperable a lo largo de la campaña electoral para tratar de recuperar cierto apoyo social, también van a estar sometidos a un escrutinio popular incómodo, debiendo llevar a la práctica sus promesas de campaña allí donde tienen la mayoría, y debiendo apoyar a PODEMOS y a las candidaturas impulsadas por éste allí donde el Partido Socialista quedó como una fuerza menor de la izquierda, so pena de favorecer a la derecha y enfrentarse a un desprestigio letal.
La situación política española no es ahora más estable que el día de ayer, pero la confianza, determinación y audacia de capas cada vez más amplias de trabajadores y demás sectores populares, si es más firme y sólida, lo que prepara un nuevo salto en la maduración y conciencia política de millones en los meses por venir.